En un pueblo no muy lejos de Guadix (provincia de "Graná") hay una fuente con siete caños. El visitante puede saciar su sed bajo una sencilla inscripción que reza "por el pueblo y para el pueblo". Ni una palabra más. El nombre del alcalde cayó en el olvido hace décadas, pero la fuente sigue allí, ofreciendo agua fresca a quien la necesite.
Compare el lector con las obras actuales, donde se coloca la placa antes de poner el primer ladrillo. Ahora incluso se entierran mensajes a modo de cápsulas del tiempo, no vaya a ser que los arqueólogos del siglo treinta desconozcan el nombre del presidente, el ministro, el delegado y el conserje que hicieron posible tan magna construcción. Qué más da que a los dos años la carretera o el polideportivo tenga más agujeros que un queso gruyere. Hay que hacer historia.
Y de obras faraónicas parece que saben mucho en el Ministerio de Ciencia y Tecnología. No hay más que ver el plan Info XXI. Lo inauguraron a bombo y platillo, en una época en que la revolución puntocom iba a acabar con el paro, convertirnos en la envidia del mundo mundial y sacarnos a pasear los perros con longaniza. Seguro que los que compraron Terras a 140 lo recuerdan perfectamente. Ahora, con la LSSI y la tarifa plana de lujo, se preparan para sacarnos los cuartos a los internautas, ya que no se los pueden sacar a Internet. Y mientras se empecinan en hacernos creer que quieren fomentar la Sociedad de la Información, anuncian que van a subastar nombres de dominio .es. Tortuoso camino hacia la innovación digital, voto a tal.
No importa que una pirámide salga rana, se hace otra y en paz. ¿Se acuerdan del Plan de Alfabetización Digital? Grandiosas palabras, dignas de un gobierno que quiere lo mejor para sus ciudadanos. Eduquemos al pueblo en eso de las nuevas tecnologías, y que engrandezcan el país de paso. Lástima que el estilo chapuza nacional esté tan arraigado en nuestra piel de toro. Los Pepe Gotera y Otilio del MCYT se hicieron las cuentas del Gran Capitán, y cuando se apagaron los flashes de los fotógrafos descubrieron que no les llegaba el dinero ni hartos de vino, no había formadores ni aulas suficientes. Pretendieron educar a un millón de personas en tres meses, con apenas dinero, sin saber de qué va la guerra. Y al final se sacaron de la manga unos cibervoluntarios con marchamo oficial, quienes a buen seguro desaparecerán del mapa en cuanto se den cuenta de que unos cardan la lana y otros salen en los papeles.
La última novedad consiste en que somos uno de los países con más altas tasas de penetración de líneas ADSL. Al menos, según el ministerio Birulés. O a lo peor tienen otra cosa en mente cuando hablan de la penetración, porque la verdad es que nos están dando bien dado. No hay más que ver los anuncios de ADSL. El de Telefónica nos presenta a un par de internautas tipo Bevis y Butthead descafeinados: uno habla y no para de la tarifa plllana, plllana, recordando aquellos tiempos en que Infobirria se colgaba cada dos por tres, mientras que el otro se pasa el día jugando con su primo on line. Bonita idea tiene Telefónica de lo que es un internauta típico.
Claro que más patético me parece el anuncio de Wanadoo. ¿Recuerdan a aquel simpático tipejo del pelo blanco, metido en todos los fregados y preguntando qué quieres hacer? Pues lo han jubilado anticipadamente, y ahora ocupa su lugar un par de polis estilo patrulla de autopistas, quienes le pegan la bronca del mes al tío del teclado. Y vaya estilo, señores, que les falta desenfundar. ¡A ver, usted, los papeles, y las manos sobre la pantalla! Bueno, por esta vez pase, buenos días.
Ayer se fomentaba la creatividad. Hoy se nos mentaliza para que nos dediquemos a jugar y no pensemos mucho, no vayamos a tener un disgusto con los vigilantes del ciberespacio. Leches, ¿tan difícil es limitarse a hacer una fuente de agua fresquita y dejarnos beber en paz?
Arturo Quirantes edita la página Taller de Criptografía.

Los faraones de la información
En Tecnociencia
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal