Las reuniones DefCon pasan por ser uno de los mayores acontecimientos públicos en el mundo del underground informático norteamericano. Sus actividades incluyen tópicos como "encuentra al agente federal" (si logras detectar al agente del FBI infiltrado, ganas una camiseta), competiciones de ingeniería social (hola, soy Bill Gates, llamo porque he perdido mi contraseña, ¿puedes deletreármela?) y un concurso de "capturar la bandera" (hackers contra administradores de sistema). Pero entre una actividad y otra, sus integrantes organizan conferencias, charlas y mesas redondas de alto nivel. Y no crean que es una mera reunión de hackers caseros.
El último día de la reunión DefCon 2.001 (Las Vegas), un investigador de la empresa ElcomSoft llamado Dmitri Sklyarov presentó una charla titulada "seguridad en eBooks: teoría y práctica", en la que analizaba un programa de Adobe llamado eBook Reader. Los eBook son libros electrónicos protegidos, que en teoría solamente podría descifrar y leer la persona que los compró y en un solo ordenador. También en teoría, esto ayudaría a combatir la piratería. Pero la práctica es más rebelde. No sorprenderé a muchos si desvelo que el sistema de cifrado del eBook es bastante malo. Por ello, Elcomsoft desarrolló un programa destinado a romper la protección en el eBook.
Dmitri presentó su trabajo, respondió preguntas, se despidió satisfecho de la reunión DefCon... y fue prontamente detenido por el FBI a instancias de Adobe Inc. La oficina del fiscal de EEUU acusó a Sklyarov de violar la DMCA (Digital Millennium Copyright Act), una extraña ley sobre copyright digital que permite el uso de una herramienta anti-protección pero criminaliza su fabricación. Para mayor sarcasmo, el delito por el que se detuvo a Sklyarov no era tal en su país de origen: la ley rusa prohíbe distribuir software que no permita hacer al menos una copia de seguridad.
No es la primera vez que la DMCA es utilizada en casos de protección de copyright. La asociación de industrias discográficas (RIAA) lo está usando de forma muy agresiva para evitar que nadie pueda modificar los códigos de protección en formato audio, y para que nadie pueda reprogramar un DVD (caso DeCSS). Dichos casos, y otros parecidos, están siendo combatidos en los tribunales por organizaciones defensoras los ciberderechos como la EFF (Electronic Frontier Foundation).
Parecía que Sklyarov no tuviese posibilidad de salir bien librado. Pero la forma en que una poderosa empresa se lanzó a aplastar a un pequeño empleado de informática de 27 años, casado y con dos niños pequeños, sobrepasaba los límites de lo razonable. No se trataba de una mera pelea legal entre dos empresas por un caso de violación de copyright, que a la postre se saldaría con una indemnización: Sklyarov se enfrentaba a una pena de hasta cinco años de prisión y una multa de 500.000 dólares.
¿Tan terrible fueron sus delitos? Bruce Schneier, criptógrafo asistente a la charla, da su visión del asunto: "Lo que –Dmitri– hizo era investigación de seguridad legítima. Determinó la seguridad de varios productos lectores de libros electrónicos y notificó a las empresas respectivas sus descubrimientos... Bienvenidos a la América del siglo XXI, donde los beneficios de las grandes firmas de discos, productoras de cine y editoriales son más importantes que los derechos de la Primera Enmienda".
El ciberespacio reaccionó con rapidez. Páginas como www.eff.org y www.boycottadobe.com informaban de los pormenores del caso. En esta última, el símbolo de Adobe en forma de A fue retocado hasta convertirlo en una hoz y un martillo, simbolizando la pérdida de libertad que el ciberespacio estaba sufriendo. En los tribunales, la EFF preparó a sus mejores abogados y apeló a las autoridades para que liberasen a Sklyarov sin cargos, al tiempo que organizaba una campaña pública y mostraba las paradojas de la DMCA. Los internautas exigían la liberación del informático ruso y llamaban al boicot contra los productos de Adobe.
Y el esfuerzo combinado de todos acabó en victoria. La presión ejercida fue tal que la propia empresa denunciante (Adobe) tuvo que plegar velas cuatro días después de la detención de Sklyarov, en una declaración de prensa en la que afirmaba que "la empresa ya no desea continuar persiguiendo el caso contra Sklyarov." Sorprendentemente, las autoridades federales decidieron continuar con el proceso.
Finalmente, Dmitry Sklyarov fue autorizado a volver a su casa con su familia. Se retiraron los cargos contra él, a cambio de que testifique en el caso que sigue abierto contra su empleador, Elcomsoft. Sin embargo, su testimonio no tiene que ser negativo, ya que también puede prestar testimonio en favor de sus jefes. Por supuesto, las autoridades federales no reconocen ni por un momento haber metido la pata. Faltaría más.
Enlaces:
Caso Sklyarov en EFF.
Caso Sklyarov en Cryptome
Arturo Quirantes edita la página Taller de Criptografía.

Sklyarov contra el poder del copyright
En Tecnociencia
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