El Ministerio de Ciencia y Tecnología se ha gastado trescientos mil euros en una nueva campaña para animarnos a comprar en la red, consistente en una página web que cualquier becario con quinientos euros mensuales puede montar en dos días. Seguro que a estas horas, al chaval se le ha acabado la beca y se dedica a crear en su mente, mientras despacha hamburguesas en un MacDonalds.
Tenemos un gobierno que, tras presumir de haberse gastado cinco mil millones de euros en un plan de modernización digital, pliega velas y dice Diego donde dijo digo. Y su solución consiste en crear una comisión, un consejo asesor, un observatorio... y seguir gastando el dinero del contribuyente como si nadie se hubiese equivocado.
El Premio Príncipe de Asturias de Investigación 2002 recae sobre los padres de Internet, la mayor revolución social de los últimos cincuenta años. Pero la gente no se entera porque los medios de comunicación consideran más importante informar del menú de la cena, o de que Woody Allen, por fin ha conocido a Arthur Miller. Enhorabuena a ambos.
Los mejores cerebros de nuestro país siguen yéndose al extranjero, porque aquí no se les hace pastelero caso, pero tenemos dinero para traer un tanque Leopard 2 desde Alemania, lucirlo en el desfile del día nacional como si fuera nuestro, y luego devolverlo. Viva el Rey y su pólvora.
Al ministro Piqué le hackean su página web durante un día entero y no se entera, o no se da por enterado. Será para compensar las más de trescientas webs que han desaparecido en España, víctimas de la autocensura y del miedo ante la ley de Internet que iba a crear confianza.
Un juez decreta que nadie puede leer las opiniones de Batasuna en la Red, mientras siguen circulando noticias sobre ellos en todos los medios de comunicación. Alguien debería decirle a su señoría que es poner puertas al desierto. Yo mismo he accedido sin problemas a batasuna.org. Pero usted no puede, así que se queda sin saber si es un nido de terrorismo digital o no (yo, por mi parte, me he aburrido como una ostra).
Estamos en pleno siglo XXI, era de libertad y tolerancia. Al menos para algunos, porque intente entrar en el servidor de Terra y buscar foros sobre la LSSI. O no existen, o son más invisibles que el F-117, o bien... eso mismo. Mientras, el proveedor de la lista contra la LSSI se ha mudado a California, en busca de prados más verdes y menos vigilados.
Seguimos sin tener tarifa plana asequible y centenares de miles de ciudadanos en zonas rurales conocen Internet solamente de oídas. Pero dicen que aquí es donde crece con más rapidez el número de líneas ADSL. Alguien debería decirle al Ministro Piqué que aprenda a contar mejor. Y que en vez de echar las campanas al vuelo, recuerde que quien crece más es porque parte de más abajo.
Cualquiera puede acceder a un caudal de información sin precedentes, gracias a Internet. Pero si intentas guardar esa información –aunque sea libre– en un CD, una sociedad que actúa según cánones mafiosos te cobra tributo. Y que no se te pase por la cabeza escaquearte, que encima echan los males de los pobres cantantes sobre tu conciencia.
Tengo en este momento un ordenador ejecutando programas científicos, copiado en una plataforma de software gratuito, estable y fiable. Mientras, mi compañera de la mesa de al lado ya ha perdido la cuenta del número de veces que su Windows nosecuantos le ha escupido el pantallazo azul. Mientras tanto, el listo de Redmond presume de software seguro y confiable. A ver qué cara se le pone el día que le obliguen a responsabilizarse de sus creaciones, en lugar de escudarse en avisos legales que le permite vender software defectuoso.
Hay un pacto de silencio entre los principales medios de comunicación: cualquier noticia sobre Internet ha de conllevar connotaciones negativas, los hackers son malos y los pederastas inundan la red. De las ventajas, ni palabra. Y ni se te ocurra hablar de la LSSI, o te quitan el programa de televisión (¿verdad, compañero leonés?). Pero ahora somos modernos, o sea que ni se le ocurra mentar la palabra censura. Eso es la línea editorial, a ver si se entera usted.
La verdad, esto de escribir columnas de crítica es tan fácil que resulta hasta aburrido. El día que mi redactor jefe lo descubra, todos al paro. Bueno, estaremos en buena compañía. Aún deben estar por ahí los colegas de Quiero TV, sobreviviendo a las vacas flacas bajo algún puente. Como dicen los usamericanos, a la miseria le gusta la compañía.

Contrastes
En Tecnociencia
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal