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Cuando la policía interroga a un sospechoso, una de las mejores tácticas consiste en dejar hablar al detenido. Los delincuentes que se pasan de listos elaboran coartadas tan sofisticadas que se creen que engañarán a cualquiera. Pero no hay más que dejarles hablar, y tarde o temprano entrarán en contradicción consigo mismos. Olviden las amenazas, las tácticas del poli bueno y el poli malo, los trucos de película. Basta con darle carrete y él mismo acabará clavándose el anzuelo tarde o temprano.

Esto viene a cuento de que, según me huelo, el ministro Piqué pertenece a esa clase de personas que no se callan ni debajo del agua, en ocasiones en que estaría más guapo callado. Sencillamente, se pone a hablar, la pifia y no se da cuenta. Lo hizo como ministro de Exteriores, y lo hace como cienciotecnológico.

¿Recuerdan cuando España firmó el nuevo convenio de Defensa con Estados Unidos? Uno de los puntos más controvertidos era la autorización a los espías del Tío Sam para actuar en España. Como se ven amenazados por todas partes, pretenden que sus agentes puedan actuar como el FBI pero fuera de sus fronteras. Imagínense las piruetas que tuvo que hacer el ministro de Defensa Trillo para sortear la cuestión. Pero Piqué bocazas no parecía tener suficiente: gracias a él, sabemos hoy que la actuación de los espías norteamericanos era algo que "estaba pasando desde hace muchos años". O sea, que los fisgones del otro lado del Atlántico llevan años investigando a todo aquel que le parezca sospechoso, sin base legal y pasando de nuestras leyes, y a Piqué no se le ocurrió otra cosa que soltarlo en plena rueda de prensa. Genial.

Bien, pues al calor de la LSSI, nuestro evanescente ministro de Ciencia y Tecnología la ha vuelto a pifiar; bueno, él o alguien de su ministerio. Uno de los apartados más polémicos de esa ley es la obligación de todo ISP de almacenar todos los datos de tráfico relativos a todos sus usuarios. Hasta tal punto, que el MCYT ha tenido que salir al paso y prometernos que no se implantará hasta que se redacte el reglamento que desarrolla la ley. Teniendo en cuenta que la retención de datos es inaplicable sin el reglamento (nadie sabe aún qué tipo de datos se van a retener, o en qué condiciones, por ejemplo), tal declaración resulta, en mi opinión, una perogrullada.

Pero atentos a lo que sigue. Hace algunos meses, la presidencia de la UE se vio en entredicho cuando Statewatch desveló los planes para hacer obligatoria la retención de datos en la UE (véase mi artículo Vigilantes del Estado. Debido al revuelo que se armó –y que le valió el Big Brother Award español de este año, sector público– se vieron obligados a desmentirlo, soltando las habituales excusas del borrador provisional y la salida de contexto. Desde entonces, se han vuelto mucho más discretos, aunque no les quepa duda de que el plan sigue adelante.

Por eso, imagínense la cara que habrán puesto en Bruselas cuando el departamento de Piqué saltó a la palestra para explicar que el reglamento sobre la retención de datos no se redactará hasta que la Unión Europea no "armonice su legislación". Señores: la mitad de los países de la UE no tiene leyes sobre retención de datos. Son impopulares, polémicas y difíciles de implementar. No hay forma de "armonizar" la retención de datos en la UE... a no ser que se haga obligatoria a nivel comunitario. No puedo sino imaginarme a los responsables de tan querido plan reuniéndose en una ciudad europea tras otra, pisando de puntillas para no hacer ruido... y ahora, zas, llega el ministerio de Piqué y lo larga todo otra vez, poniéndonos de nuevo sobre aviso.

No niego que la fraseología es de calidad. Cuando comenzó esta historia, al almacenamiento masivo de datos se le cambió el nombre y se le bautizó como retención, para que pareciese menos feo. Ahora, a obligar por narices a todos los ciudadanos europeos a entregar sus datos de tráfico se le llama "armonización". Cuando obliguen a las operadoras a trucar los móviles para revelar la posición geográfica de sus dueños en todo momento, seguro que le llaman "seguimiento", y cuando el CNI reciba acceso ilimitado a nuestros datos lo bautizarán como "vigilancia preventiva". La imaginación al poder.

Como imaginativo ha debido ser el relevo de la Dirección General para la Sociedad de la Información. Borja Adsuara, abogado, deja paso a Leopoldo González-Echenique, abogado. Aún no había sentado sus posaderas don Leopoldo cuando su jefe le avisa de que lo va a tener crudo. Por lo visto, don Josep tiene claro quién sale en la foto y quién pone la cara para que se la partan. Con esos ánimos, cualquiera se pone a trabajar con ilusión y entrega.

Pero aparte de eso, aplaudo los esfuerzos del ministro Piqué y su banda de alegres legisladores. Gracias a lo bien que largan por esa boquita, los que sabemos leer estamos sobre aviso. Ustedes sigan dándole al palique, que nosotros iremos tomando buena nota de todo.

En Tecnociencia

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