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Víctor Llano

Bardem se olvidó de Reinaldo Arenas

Los comisarios políticos que Castro hace pasar por periodistas no pierden oportunidad de difundir cualquier información que pueda dañar la imagen del presidente del gobierno español. El sábado le acusaron de ser “un servil fanático de Washington”, y dos días después reproducen las críticas que los actores españoles le hicieron sirviéndose de un espectáculo vergonzoso. Los voceros del coma-andante no se han demorado en divulgar las palabras que Bardem pronunció en la última gala de los premios Goya: “Ganar las elecciones no le otorga al Gobierno un cheque en blanco. Hay que escuchar al pueblo que dice no a la guerra”.

Lástima que a Javier se le olvidara denunciar la estrecha amistad que Sadam Hussein mantiene con el régimen que encarceló a Reinaldo Arenas por homosexual y desafecto. El actor español ha demostrado siempre una gran facilidad para adaptar su discurso al público que le escucha. Por su interés reproducimos tres fragmentos de la entrevista que Bardem concedió a L. Belategi. Entonces todavía contaba con alguna posibilidad de obtener el Óscar por encarnar a Arenas en “Antes que anochezca”.

Pregunta.- ¿Sus simpatías por el régimen castrista le hicieron dudar antes de aceptar este papel?

Respuesta.- Evidentemente. He nacido en una familia comunista. Tengo 31 años y la gente de mi generación está bastante desinformada de lo que Cuba significa. Es un país con un período negro en su historia, durante el cual, ser homosexual y artista constituían un pecado contrarrevolucionario: acababas en la cárcel o, simplemente desaparecías.

P.- ¿Ignoraba esa realidad histórica?

R.- Sí. Y descubrirla me produjo una gran frustración. Cuando llegué a La Habana para contrastar ideas y opiniones con gente que vivió aquella época y conoció a Reinaldo, me di cuenta que todo aquello era verdad. Entonces, tomé la decisión de hacer la película para denunciar aquellos hechos.

P.- Su madre confesó que soñaba con encarnar a la Pasionaria. ¿No es una paradoja que usted haya triunfado dando vida a un mártir de la revolución castrista?

R.- En cualquier caso ella está encantada. Creo que tanto Pasionaria como Reinaldo Arenas son personajes apasionantes, seres con una moralidad y ética tan insobornables que no pueden contradecirse el uno con el otro. Si ellos hubieran tenido la oportunidad de conocerse, estoy seguro de que se hubieran entendido. Porque ambos defendían la libertad sobre todas las cosas.

Después de protagonizar en el cine la vida del poeta cubano, comparar a Arenas con la Pasionaria nos parece la mayor de las desvergüenzas. Bardem no ignora que al escritor lo torturaron en Cuba por enfrentarse a las ideas que defendía Dolores Ibarruri. Confundir a las víctimas con los verdugos, y la verdad con la mentira, no es lo que se espera de un joven con tanto talento. Muy poco le duró al actor español la frustración que sintió al enterarse de los crímenes de Fidel Castro. Jamás volvió a denunciarlos. Tras protagonizar “Antes que anochezca” insistió en que la película “no pretendía ser un alegato anticastrista, sino una denuncia universal contra cualquier dictadura”.

Bardem se olvidó muy pronto de lo que le contaron en La Habana. Ya no tiene tiempo para recordar la barbarie que sufren los cubanos. A él y a sus compañeros les resulta más rentable detenerse en el ancho mundo, aprovechar cualquier oportunidad para adjudicarse un papel de portavoz que nadie les ha concedido y, en nombre de una mayoría que no es capaz de comprender su arte, atacar al gobierno español y a Estados Unidos, culpable, según ellos, de todo lo malo que ocurre en el cosmos. Odian a los norteamericanos, pero visten su ropa, mascan sus chicles, oyen su música, ven sus películas y mueren por sus premios. Luego, si les queda algo de tiempo, viajan a La Habana y, con muchos dólares en el bolsillo, disfrutan de las playas y del sol. En la prisión grande hay más de doscientas cárceles, pero ellos no las ven. Prefieren mirar para otro sitio. ¡Es tan bonita la isla!

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