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Orlando Fondevila

No olvidemos a Raúl Rivero

Raúl Rivero, la más alta voz del verdadero periodismo en Cuba, el poeta de la delicadeza y la ironía, el cubano entero, el “gordo” bromista, el entrañable amigo, el condenado a veinte años de cárcel en las inmundas celdas de Castro por atreverse a escribir sin mandato, está muy enfermo. La celda solitaria, húmeda y cochambrosa en la que le mantienen recluido los verdugos de la más antigua, feroz y vengativa de las dictaduras del mundo occidental ha terminado por dañar la salud de este hombre esencialmente bueno y digno.
 
Raúl Rivero no es el único. No hay día en que no recibamos noticias desde Cuba en las que los familiares de los cerca de 400 prisioneros cubanos denuncian los maltratos, las torturas físicas y psicológicas de que son objeto estos luchadores por la libertad y el decoro. Hombres jóvenes y hombres maduros. Entre ellos una mujer y un invidente. Entre ellos poetas, periodistas, profesionales, obreros, campesinos. Religiosos y agnósticos. Liberales, socialdemócratas y democratacristianos. Blancos, negros y mestizos. La conciencia crítica de la sociedad cubana.
 
Es penosa la situación en la que se encuentran estos hombres y esta mujer. Y es muy triste el silencio que, al respecto, se observa por parte de las sociedades y los hombres libres.
 
Voces airadas escuchamos clamando por los derechos de los terroristas encarcelados en Guantánamo. Fueron visitados por la Cruz Roja. Hasta exigencias hemos escuchado por un juicio justo a Sadam Husein, uno de los más sangrientos criminales de la historia. Fue visitado por la Cruz Roja. Por el contrario casi nadie habla de los presos políticos cubanos. Por ellos no hay clamor. Para ellos no hay exigencias firmes de garantía. A ellos no los visita la Cruz Roja.
 
En pocos días se reunirá la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra y contemplaremos el espectáculo siniestro de los representantes de las satrapías y de los pusilánimes del mundo votando a favor del régimen verdugo o absteniéndose miserablemente. ¿Habrá en el mundo libre, en la prensa libre y democrática, entre los políticos que todos los días se la pasan hablándonos de derechos, de justicia y de democracia, habrá, digo, quién defienda a estos hombres y a esta mujer?
 
Los presos políticos cubanos se están literalmente muriendo, están siendo asesinados, en las mazmorras del castrismo.

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