Menú
Juan Carlos Girauta

Quán presto se va el plazer

La percepción de la opinión pública española acerca de los hechos de marzo, por un lado, y de la solvencia del gobierno de ZP, por otro, están sufriendo tan súbita mudanza que los socialistas habrán de maldecir el calendario. Si las elecciones se hubieran adelantado una semana, parece claro que Borrell habría mantenido su ventaja. Ahora todo ha cambiado, los disparates gubernamentales se suceden vertiginosamente, el gobierno pierde crédito cada vez que Moratinos o la Trujillo abren la boca, el abrazo de Normandía y la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU han dejado a Zapatero en evidencia y a España, de su mano, sola ante el peligro marroquí. Y no hay modo de ocultarlo. Cada intento de intoxicar a la opinión se convierte en un chiste. Ni sus forofos se creen que España haya precipitado la resolución de la ONU, ni que la conversión de Marruecos en aliado preferente de EEUU sea una buena noticia, ni nada de nada.
 
Además, Rajoy y Mayor Oreja han decidido recordarnos por qué formaban, con Rato, la terna de Aznar. Después de tres meses de abatimiento, han retomado su discurso ganador y esgrimen abrumadoras razones avaladas por hechos, no por consignas. Así, la radical diferencia moral, política y técnica entre los equipos popular y socialista se ha vuelto a hacer tan diáfana como en los tiempos en que el convoluto seguía fresco y la cal seguía viva. No es el saqueo de los fondos ni el crimen de estado lo que hoy contrasta con la integridad de Mayor Oreja y de Rajoy. Es algo paradójicamente menos manipulable; es la falta de seriedad, de programa y de convicciones de los socialistas, es su compulsiva afición a las trolas y su tendencia a tomarnos por imbéciles, es la antología del disparate, las ideas de bombero que sobre la marcha rectifican. ¿Qué fue de tanta invención / como traxieron?.
 
Encima, tras la zozobra europea volverá la pesadilla de Maragall, de ERC y de Llamazares, que seguirán poniendo a prueba la conocida habilidad de ZP para el “sí a todo”, la habilidad que lo va a perder. Y pronto la comisión de investigación del 11 M, donde se sentarán a la defensiva. Y la verdadera comisión de investigación, que es la del diario El Mundo, que nos va dejando boquiabiertos. Y la verdad, que les es tan esquiva, porque de los atentados de marzo sólo dos cosas llegan indubitadas al Congreso: que el gobierno del PP no mintió y que no fueron una respuesta a la política internacional de Aznar. Es decir, que lo que pulverizó las estadísticas en beneficio del PSOE era falso. Quán presto se va el plazer.

En España

    0
    comentarios