Sigue en marcha la malhadada y absurda iniciativa de boicotear a los productores de cava catalán. Lo que es peor, parece que el castigo se quiere extender ahora a "cualquier producto catalán". "Pásalo", dice la nota que recorre el ciberespacio a imitación de la palabra clave con que se organizó el golpe posmoderno del 13-M, tan espontáneo.
Castigar a las empresas catalanas por lo que viene haciendo el independentismo catalán es una estupidez y una injusticia comparable a dejar de leer a Mijail Bulgakov para reafirmar nuestra oposición al estalinismo. Es cebarse en la víctima. Imagino a algunos lectores dando un respingo y respondiendo mentalmente: las empresas catalanas no son víctimas de nada, quizá son culpables. Pues no señor. La inmensa mayoría de empresas catalanas, como las manchegas o como las suecas, desean por encima de todo la estabilidad, que es lo contrario de lo que les está dando el tripartito desde que alcanzó el poder. Confundir al independentismo o al nacionalismo catalán con Cataluña pone al que lo hace en el mismo lugar que a los independentistas y a los nacionalistas, que siempre hablan en nombre de Cataluña. Y ahora resulta que la forma que tienen algunos de colaborar a desenmascarar esa patraña y de ayudar a los catalanes que no somos ni independentistas ni nacionalistas es en meternos a todos en el mismo saco.
Las empresas tienen la iniciativa de la actividad económica, generan el empleo y procuran la prosperidad. ¿Se dan cuenta los que llaman al boicot de las consecuencias que tendría el éxito de su iniciativa? Se destruirían puestos de trabajo en Cataluña y se fomentaría el error de oponer lo catalán a lo español. He oído a gente muy cabal matizar este punto de vista cuando lo he expuesto, con similares argumentos, ante ellos; sin aceptar el boicot, pero rebajando la gravedad del asunto a base de recordar las zancadillas que un grupo político viene poniendo a todos los que no comulguen con sus ruedas de molino. Pues bien, ¿quién creen que son los primeros afectados por la estrategia disgregadora y cainita del independentismo? Evidentemente, los catalanes que defendemos la idea de España.