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Agapito Maestre

Mentiras de Pérez Rubalcaba

La rectificación del Gobierno es pasajera. Intentará parar la ola de protesta ciudadana por su política salvaje de negociación con ETA y, después, seguirá con sus juegos sucios hasta las elecciones.

El Gobierno está noqueado y la legislatura muerta. Ganar tiempo es el único objetivo de este Gobierno para parar la crisis del atentado terrorista de Barajas, en realidad, para detener la caída de un Gobierno que está muerto. Entre la intervención de Zapatero, diciendo que suspende la negociación con ETA, y la de Pérez Rubalcaba, declarando que el proceso está roto, sólo media una opinión pública en la calle gritando contra las complicidades del Gobierno con ETA. Eso es todo. La rectificación del Gobierno es pasajera. Intentará parar la ola de protesta ciudadana por su política salvaje de negociación con ETA y, después, seguirá con sus juegos sucios hasta las elecciones. Zapatero es rehén de ETA, pero, mientras controle todas las cadenas de televisión, casi todas las cadenas de radio y siga pagando a los cientos de plumillas y "falsos intelectuales" para que le quiten importancia a sus errores con ETA, esto continuará hasta el fin de la legislatura.

El PSOE no tiene coraje moral ni cuajo político para romper con ETA y rectificar su perversa política antiterrorista. Si los tuviera, ya estaría convocando elecciones generales. Es la única forma de reconocer que su política ha fracasado. Hay, sin embargo, otra salida: Zapatero debería convocar a Rajoy y reunir el Pacto Antiterrorista para demostrar a la ciudadanía que no existe otra política posible contra ETA. Sin embargo, no lo hará, porque eso significaría la vuelta a la normalidad democrática, el regreso al respeto a las reglas del juego político para no excluir al partido de la oposición. Por eso, precisamente, Pérez Rubalcaba le respondió a una periodista que el Gobierno no tenía una estrategia para responder a ETA antes de hablar con el resto de fuerzas políticas. Bien sabe el ministro del Interior que está el Pacto Antiterrorista, pero no quiere ni mencionarlo, entre otros motivos porque no aspira a otra cosa que a apagar el fuego generado por la estulticia y maldad de su Gobierno con ETA. Apagar ese fuego con la ayuda del arco parlamentario.

Se diría que el Gobierno sólo sabe mentir y engañar. La intervención de Pérez Rubalcaba resultó patética, sobre todo, cuando manifestó que él mantenía lo mismo que Zapatero. Falso. El Gobierno ha rectificado por la protesta ciudadana, pero no lo quiere reconocer. Terrible. Este hombre parecía noqueado, pero se abraza a su adversario para no caer a la lona y aprovecha, naturalmente, cualquier descuido del contrario para darle un cabezazo sin que lo vea el árbitro. El Gobierno sólo quiere ganar tiempo. Todo es una mentira. Es prioritario –¡vaya que sí lo es!– recordarle al Gobierno que ha sido derrotado por una banda de criminales por tratarlos como seres políticos. Cualquier otra consideración para quitarle importancia a la responsabilidad del Gobierno en su nefasta política antiterrorista será un engaño a la ciudadanía e, indirectamente, una ocultación interesada e ignominiosa de la principal novedad de Zapatero respecto al resto de presidentes de la democracia española, a saber, llevar a cabo un proceso de diálogo con los terroristas sin contar con el primer partido de la oposición, el PP, y utilizando el terrorismo como arma política y electoral.

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