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José Antonio Martínez-Abarca

Ante las últimas sentencias no "bermejas"

Desde llamarle

De las sentencias judiciales condenando por difamación, mangoneo y falsedad al PSOE, o sea, condenando por lo habitual, cabría decir lo que gritaban los gacetilleros taurinos de Juan Belmonte: "Corran a verlo antes de que lo mate un toro". Corran ustedes a leer y no creer esas sentencias prodigiosas en su demoledora sencillez antes de que la fiera bermeja aunque tirando a enjabonada del acreditado hierro de la Dehesa de las Miasmas quite a esos jueces estatuarios de en medio. Dense prisa, que no llegan.

Porque en la localidad de Molina de Segura (en la Murcia de la supuesta orgía constructora) acaban de empapelar a dos piccioni del grupo municipal socialista por enmerdar, inventando pruebas y arruinando su prestigio (desde la sede regional del partido y, por tanto, con la cooperación necesaria de su secretario regional, Pedro Saura), a un concejal de urbanismo especialmente molesto que no saben cómo quitar de en medio: Luis Gestoso, vástago de quien fue con el ejecutivo de Aznar delegado del Gobierno en La Rioja.

El escopetazo de postas a la manera oscense todavía no lo habían contemplado, ni la ya tradicional identificación del PP con ETA, de tanto cobijo en la prensa seria, pero todo lo demás se ha venido intentando. Desde llamarle "facha" en pleno municipal por defender en prensa a los norteamericanos tras el 11-S a montarle "manifas" por llevar pegatinas de la reelección de Bush en la luneta del coche, pasando por anónimas amenazas de muerte en el teléfono de casa por cerrar un conocido emporio de trata de blancas, y sin escatimar amenazas de bomba con desalojo policial del Consistorio incluido por recibir a la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Aunque a este concejal Gestoso no lo desalojaron ni los GEOs, porque la obstinación parece ser característica de una nueva leva de cargos populares tras el 11-M. Ser concejal del PP no sólo va resultando ser ya una ligera molestia en el País Vasco.

Por desgracia, todo indica que este tipo de sentencias ejemplares en la judicatura, las que se limitan a aplicar ley, equidad y jurisprudencia, tienen los días contados. Contadísimos, porque vienen por ahí, gracias al nuevo ministro, el fiscal Mariano Fernández Bermejo, las sentencias ejemplarizantes y estuporizantes, que son muy otras, y los procesos donde los únicos delincuentes aquilatados serán los instructores. O sea, el Derecho considerado como uno de los bellos asesinatos para "para flechar a quien quieren, y no a quien deven", según escribía el clásico, la adecuación de la interpretación de las leyes a la sensibilidad sucesiva de los agentes sociales, la justicia "creativa" y la maleza sintáctica y el espino conceptual de sombríos miembros de la securitate zapateril.

Ha arribado un compañero a ministro de Justicia, y como tal actuará, sin ladearse ni un milímetro de su misión ultraterrena pero en la tierra. Lo de los "juncos pensantes", que decía creo que era Pascal, será aplicable a otro tipo de seres humanos (o a los humanos sin más), porque este fiscal tiene la cintura de uralita y de junco, nada de nada. La sentencia de Molina de Segura contra el PSOE es recurrible. Yo supongo que directamente ante el ministro.

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