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Adolfo Rivero Caro

Venezuela ganará el referendum

Lo que fascina a Chávez, al mediocre de Correa, al analfabeto de Evo y al delincuente de Ortega son los 50 años de Castro en el poder. Lo que envidian profundamente es esa interminable dictadura porque los haría invulnerables a sus errores.

Hugo Chávez celebró el décimo aniversario de su llegada al poder. Su discurso no giró en torno a los graves problemas que acosan al pueblo venezolano. No se refirió al desplome del precio del petróleo. No mencionó las medidas que su Gobierno piensa tomar para evitar un colapso de la economía nacional. No habló del problema que significa el terrible crecimiento de la delincuencia. Nada de eso. Su única y obsesiva preocupación es su permanencia en el poder. Obviamente, está aterrado ante el referendum del 15 de febrero. Volver a perder sería fatal para su gran proyecto: establecer una dictadura totalitaria y permanente, estilo Cuba.

En su más reciente discurso, Chávez atacó violentamente a la ''burguesía'' y al empresariado. Es decir, Chávez levantó la bandera del anticapitalismo. El siglo XX vio la formación de varias sociedades anticapitalistas, fundamentalmente la Unión Soviética. Pero esas sociedades fracasaron espectacularmente. La Unión Soviética desapareció y todos los países donde impuso el comunismo en la Europa del Este lo rechazaron violentamente apenas tuvieron la oportunidad. Lo sucedido entre 1989 y 1992 fue la revolución más grande del siglo XX, una enorme revolución anticomunista. ¿Cómo es posible querer repetir ese modelo fallido?

La respuesta es que lo que fascina a Chávez, al mediocre de Correa, al analfabeto de Evo y al delincuente de Ortega son los 50 años de Castro en el poder. Lo que envidian profundamente es esa interminable dictadura porque los haría invulnerables a sus errores. Los gobiernos democráticos no pueden tomar medidas que afecten negativamente el nivel de vida del pueblo. Y no pueden hacerlo porque en las próximas elecciones libres serían sacados del poder. Pero, ¿y dónde no haya elecciones libres? ¿Y dónde la gente no pueda hacer oír sus opiniones?

A esos gobiernos, como al de Cuba y Corea del Norte, nadie les exige rendir cuentas. Pueden hundir a sus países en la miseria impunemente. Fidel Castro convirtió a Cuba, uno de los países más prósperos del hemisferio, en uno de los más pobres. Su gobierno es profundamente impopular desde hace décadas. Es por eso que nunca aceptó elecciones bajo supervisión internacional. ¿Por qué no hacerlo si realmente se creyera popular? Porque sabe que, desde los años 60, habría perdido toda elección realmente democrática.

¿Cómo es posible que América Latina haya aceptado esa monstruosidad? ¿Cómo es posible ignorar la voluntad popular? El artículo 21 de la Declaración de los Derechos Humanos dice que ''la voluntad del pueblo es la base del poder público, esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas''. ¿Cómo es posible, entonces, que tantos gobiernos democráticos acepten que se puede ignorar la voluntad popular?

Lo han hecho porque les fascina el discurso antiamericano de Fidel Castro. Pero nadie es más antiamericano que Corea del Norte, donde han muerto de hambre millones de personas. Los famosos tigres asiáticos, por el contrario, saltaron a la riqueza y la modernidad. Y lo hicieron copiando el modelo capitalista de desarrollo. Copiando a Estados Unidos. Pero Chávez copia el modelo de la miseria y la represión; el modelo de Cuba y de Corea del Norte.

Chávez habla del socialismo del siglo XXI, pero lo que plantea es el comunismo, el rechazo a la sociedad de libre empresa y, por consiguiente, el rechazo a sus instituciones. Está demente. Los espectaculares avances de China en los últimos 20 años están directamente vinculados con su apertura al capitalismo. Los únicos sobrevivientes del comunismo puro y duro son Corea del Norte y Cuba, por lo que sus pueblos viven en horrible miseria, bajo una feroz represión que les impide protestar y liberarse. ¿Es ese el futuro al que aspira el pueblo venezolano?

El famoso socialismo del siglo XXI no es más que un intento de ganar elecciones, para luego desmantelar las instituciones democráticas desde el poder. De ahí que su primera demanda sea reformar las constituciones. Chávez está utilizando todas las presiones imaginables para conseguir una victoria el día 15 y amenaza a sus seguidores con que él va a saber cómo votaron.

Los estudiantes han hecho una formidable movilización y la reciente manifestación en apoyo del "No" en Caracas fue impresionante. La oposición es francamente mayoritaria. Es totalmente posible ganar y frustrar el fraude. Sólo hace falta combatividad y confianza en el triunfo. Y los venezolanos gozan de ambas cosas.

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