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José Antonio Martínez-Abarca

La última profecía española

Irán consejeros a decirle al Muy Brillante que no habrá más de donde sacar, pero el gobernante les responderá que un ángel laico se le ha aparecido en la hora fría que precede al alba para ordenarle que siga gastando a manos y pies llenos.

Unos profanadores de túmulos funerarios en el desierto del Gobi acaban de encontrar una misteriosa piedra cuárcica con unas crípticas inscripciones que en un primer momento se ha creído que eran intraducibles. Pero una vez confrontadas esas inscripciones, mediante un sofisticado programa de ordenador, con las runas hiperbóreas, la escritura cuneiforme mesopotámica, el "casiotone" de los marcianos de Encuentros en la tercera fase y la cultiparla "a nivel de" mitin en Rodiezmo del presidente Rodríguez Zapatero, han arrojado una preocupante lectura astrológica sobre el inmediato futuro de España:

"En el rabo por desollar de la civilización vieja durante el evo trescientos después de la extinción de los grandes saurios gobernará El Muy Brillante, según dirá de él un emperador vecino venido de un país de trashumantes y casado en segundas nupcias con una cazahombres que a muchos habrá perdido", creen los criptógrafos que empieza la piedra, tomándose éstos algunas licencias léxicas al actualizar anacronismos.

En ese tiempo el mundo asistirá con asombro a hechos extraordinarios en este territorio acaecidos bajo la influencia de los astros más alejados de la luz solar y las potencias menos benéficas del cosmos. El mundo alrededor saldrá de sus días nefastos, pero en la tierra de El Muy Brillante se sucederán los asombros. Grandes criaturas subterráneas de las que serán llamadas reptiles del fondo del Estado horadarán las arcas donde los súbditos de ese hombre proverbial creyeron tener depositado la esperanza y el oro de sus hijos y nietos. Irán consejeros a decirle al Muy Brillante que no habrá más de donde sacar, pero el gobernante les responderá que un ángel laico se le ha aparecido en la hora fría que precede al alba para ordenarle que siga gastando a manos y pies llenos. Será apoyado por cohortes de viejos luchadores ociosos que vivieron siempre del sudor del de enfrente, y por los imperios mediáticos de papiro y del domesticado rayo que llamarán "electricidad", y por los amos de la superstición, y nadie osará oponérseles. Una sombra caerá sobre esa parte de la Creación, y todos la temerán. Pronto, un tercio de la población de esta desconsolada tierra estará, de propia voluntad, mano sobre mano. Otro tercio, inerme, no podrá utilizarlas y sólo esperará la muerte digna por consejo de curanderos al servicio del Muy Brillante, que se harán famosos en una curandería de una pequeña localidad cercana a la capital, la cual en realidad será una de las bocas abiertas del Infierno. Y el tercio de población restante, vigilará a espada que dedos ajenos no se apropien de lo que es suyo aprovechando la caída de toda Ley y moral. Se verán grandes prodigios parecidos, pero ninguno traerá la paz, ni el pan, ni el sueño. Estará esa tierra maldita por siempre, mientras el Muy Brillante no vuelva a la nada de donde nunca debió salir y sea proscrito, él y quien tome ejemplo de él, para los restos.
Así reza sobre lo que se cree que es España la encontradiza piedra recién desenterrada en extraño paraje. Estamos avisados de lo que nos aguarda a los españoles para cuando todos menos nosotros salgan de la crisis. La piedra no dice nada de Mariano.

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