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Excusas para la estupidez y la cobardía

Si Rajoy hubiera manifestado firmeza y desconfianza ante el comunicado etarra, el líder del PP no habría hecho más que conectar electoralmente con esa inmensa mayoría de ciudadanos que no se cree que hayamos alcanzado el fin del terrorismo.

gracian dijo el día 1 de Noviembre de 2011 a las 14:33:

No hay error, o incoherencia en la actitud de Rajoy por más que busquemos disculpas al asco que nos causa constatar su calculada equidistancia en este asunto.

Y no es táctica sino estrategia coherente desde 2.008.

Es un hecho constatado que una mayoría de la población aprobaría la instauración de la pena de muerte para ciertos delitos y no veo a ningún partido intentando pescar votos en ese caladero.

El actual PP no busca conectar con la postura mayoritaria del electorado contra Eta, que en su visión actual es tanto como pretender los votos de los partidarios de la pena de muerte y tan sólo se limita a apuntalar el apoyo de los propios por su trayectoria en este asunto sin desviarse un centímetro de la nueva percepción a imponer en unión del resto de fuerzas políticas.

Prima pues el consenso con los restantes partidos del que muy conscientemente y de forma nada casual ha eludido a UPyD a cualquier canalización de un sentir ciudadano mayoritario que simplemente desprecia.

El PP se ha dado cuenta de que tratar de representar y encauzar la opinión mayoritaria de la ciudadanía en este asunto tiene una importancia muy relativa en el contexto general máxime cuando las condiciones económicas actuales ponen el foco de atención en otras cuestiones, y coherentemente con ello, no asume ya el coste de seguir oponiendose en solitario al discurso dominante de lo políticamente correcto lo que además le permite hacer cuña con los nacionalistas contra el PSOE.

En consecuencia D. Guillermo, considerando que las 894 víctimas, no movilizan por sí mismas más de 8000 o 9000 votantes, cuanto antes empecemos a asumir nuestra soledad en la nueva situación para articular desde la sociedad civil la oposición a lo que se nos viene encima, mejor.

Y conviene tener muy presente que mientras la tendencia disgregadora lleva treinta años de éxitos, cuenta con una mitología y una épica en perfecto estado de revista y vislumbra en lontananza el triunfo de la añorada secesión, los que amamos a España estamos desasistidos de una mínima idea nacional democrática articulada sobre bases comunes a izquierda y derecha.