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Agapito Maestre

Rajoy en Marsella

Los europeos en general, y los españoles en particular, viviremos, por decirlo en corto y por derecho, peor, bastante peor, durante una temporadita larga de lo que hasta ahora veníamos haciendo.

Veo con buenos ojos la iniciativa de Alemania y Francia para poner freno a la crisis del euro. Pero reconozco que los analistas económicos están tan divididos sobre los planes de Merkel y Sarkozy como los diferentes Estados de la Unión Europea. Yo también confieso estar un poco perdido ante ciertos galimatías, especialmente a la hora de resolver la inmensa deuda de los Estados de la UE. No conozco economista sensato que consiga explicarme ciertos aspectos de lo que, sin duda alguna, es ya un laberinto económico. Para algunos economistas, entre los que destacan muchos y buenos de esta casa, es imposible que la receta macroeconómica de Merkel consiga sacarnos a los países del Sur de la UE en general, y a España en particular, de la crisis, puesto que ellos no ven cómo podemos salir del pozo, por ejemplo, con un plan de exportaciones después de haber hecho recortes por todas partes.

Quizá por todo ello, o sea, mientras se discute si son galgos o podencos, estimo que Rajoy ha hecho muy bien, en la cumbre del PPE de Marsella, situándose al lado de Merkel y Sarkozy. Ha fijado en un momento inmejorable su posición. Mejor estar con los que deciden que en la cola de los que cumplen. Es menester una reforma institucional de la UE que dé más poder a las autoridades que surjan de un nuevo tratado, es decir, que sean capaces de controlar las cuentas de los Estados y el cumplimiento de las normas comunes de la UE. En la práctica, nadie se engañe, eso significa que será Alemania, en primer lugar, la principal encargada de controlar la política económica y fiscal de la UE.

Naturalmente, nadie sabe con exactitud cuáles son exactamente las medidas que proponen Merkel y Sarkozy para salir de la crisis. Pero estoy seguro de que tendrán repercusión directa y casi inmediata en las poblaciones europeas, especialmente en los hábitos del consumo y el ahorro de todos nosotros. Los europeos en general, y los españoles en particular, viviremos, por decirlo en corto y por derecho, peor, bastante peor, durante una temporadita larga de lo que hasta ahora veníamos haciendo. Esto es siempre difícil de explicar para un Gobierno, pero creo que el próximo de Rajoy está en la mejor situación para hacerle ver a la ciudadanía que no había otra salida.

Tres motivos son suficientes para que los españoles estemos con nuestro Gobierno. Primero, la amplia mayoría parlamentaria de su partido hará al gobierno de Rajoy fuerte y decidido. Segundo, la decisión de Rajoy de apoyar a Merkel y Sarkozy, o sea, estar en la UE de la primera velocidad ha sido respaldada por el todavía presidente del Gobierno socialista. Y, en tercer y fundamental lugar, Rajoy siempre podrá decir, ante quienes critiquen su adhesión a la Europa de Merkel y Sarkezy, que él, a partir del 22 de diciembre, no hace sino cumplir las nuevas imposiciones surgidas de Bruselas para dar estabilidad al euro.

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