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Pablo Planas

Garganté, próximo alcalde de Barcelona

El "activista" Garganté será el próximo alcalde de Barcelona porque así empezó Colau. Lo nunca visto, ni siquiera en Cataluña.

El "activista" Garganté será el próximo alcalde de Barcelona porque así empezó Colau. Lo nunca visto, ni siquiera en Cataluña.
Garganté | EFE

Los Mossos d'Esquadra que resisten en el distrito barcelonés de Gracia han sido abandonados por el alto mando. El comisario jefe del cuerpo, Josep Lluís Trapero, considera que los okupas del Banc Expropiat son unos chicos estupendos que no tienen nada que ver con los disturbios. Tal cual y en Catalunya Ràdio, la emisora oficial de la Generalidad. "En Gracia, los Mossos no somos el problema y probablemente tampoco somos la solución", añadió.

Barra libre para los borrokas. El esbirro al mando de la pasma catalana toca a retirada y al mosso que pastoreó a Garganté con la porra le huelen las posaderas a pólvora. Oído al capataz, no sería de extrañar que los agentes que han resistido ante el Banc Expropiat se quiten casco, chaleco y escudo y se vayan a fumar unos tronchos con los nois de la gasofa. Que se pase Trapero por Gracia a decir a los encapuchados que se porten bien y hablen con Ada Colau, que seguro que tiene algún local macanudo para las clases de euskera, talleres de bongos y de peluquería yanomamo para ellas y rastas para los demás.

También se llevaban a cabo actividades infantiles. Este pasado domingo, por ejemplo, se utilizaron a criaturas de cinco años como escudos humanos. Los okupas están bien vistos en una parte del barrio hasta el punto de que llovían macetas y otros objetos sólidos, además de líquidos, desde algunos balcones de la recoleta Vila de Gràcia en las fallas de la semana pasada.

Aún no han reventado los paneles metálicos que protegen la antigua sucursal bancaria, pero ya han ganado la batalla, como en Can Vies, que le costó el cargo al alcalde mecenas de los okuparras, Xavier Trias i Vidal de Llobatera, que pagaba a costa del común el alquiler y los suministros del cojudo local de la Travesera de Gracia para satisfacer el chantaje de la mafia antisistema.

Colau ha perdido el punto revolucionario, llama que ha recogido el concejal cupero Josep Garganté, cuya lorza derecha sirvió de parachoque de un tímido porrazo que se ha hecho viral. El colega exhibe la leve marca como si fuera una medalla al mérito de la orden del puño en alto. Es su cartel electoral para las próximas municipales. En la CUP lo tienen claro. El "activista" Garganté será el próximo alcalde de Barcelona porque así empezó Colau. Lo nunca visto, ni siquiera en Cataluña.

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