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Max Boot

Qué estamos haciendo en el Líbano

EEUU debería combatir a la organización terrorista Hezbolá, no cebarla.

EEUU debería combatir a la organización terrorista Hezbolá, no cebarla.

A principios de este año, Arabia Saudí suspendió su paquete de ayuda de 4.000 millones de dólares para las fuerzas armadas libanesas alegando que estaban irremediablemente comprometidas con Hezbolá, la organización terrorista financiada por Irán que es, de lejos, el actor más fuerte militar y políticamente en el panorama libanés. Así que resulta un poco sorprendente leer ahora que la embajada de EEUU en Beirut está presumiendo de todo el equipo militar que está procurando al Ejército del Líbano:

Este martes, Estados Unidos entregó al Ejército libanés 50 vehículos blindados, 40 piezas de artillería y 50 lanzagranadas, en un intento de reforzar al Líbano frente a la amenaza de los grupos militantes de la vecina y conflictiva Siria.

El equipamiento, por valor de 50 millones de dólares, forma parte de un paquete de ayuda que ha alcanzado los 220 millones en lo que va de año, lo que convierte al Líbano en el quinto mayor receptor de ayuda militar americana, según dijo la embajadora Elizabeth Richard en el acto de entrega.

Aquí hay algo que no encaja. ¿Discrepa el Gobierno de EEUU de Riad respecto al grado de dominación de Hezbolá en el Líbano en general y en sus Fuerzas Armadas en particular? ¿Cree Washington que se puede reforzar a las FFAA libanesas como fuerza independiente para que prevalezca frente a los grupos terroristas, incluido Hezbolá? En ese caso, ¿cómo se supone que lo hará? ¿O es que al Gobierno de EEUU le trae sin cuidado la conexión entre Hezbolá y las Fuerzas Armadas libanesas?

Dudo de precipitarme en la conclusión de que a Washington le da igual; pero, de ser así, se trataría de una muestra más del sesgo que de facto tiene la Administración Obama a favor de Irán desde que se cerró el acuerdo nuclear. EEUU ha hecho bastante poco para oponerse en Irak y Siria a las maquinaciones de las milicias financiadas por Irán, de las cuales Hezbolá es la más conocida y poderosa. EEUU incluso ha lanzado bombas en Irak para ayudar al avance de las milicias chiíes. El presidente Obama parece creer que las fuerzas financiadas por Irán pueden ser un aliado de EEUU contra organizaciones terroristas suníes como el Estado Islámico y Al Qaeda.

En ese caso, está cometiendo un trágico error de cálculo, del que varios hemos advertido reiteradas veces. El ayatolá Alí Jamenei, que maneja los recursos de un enorme país rico en petróleo y con un programa nuclear, representa a largo plazo un peligro mayor para Occidente que Abu Baker al Bagdadi, que dirige un Estado relativamente pequeño y destartalado que está perdiendo territorio. En lugar de tratar de cooperar con Irán o hacer la vista gorda ante sus actividades, EEUU necesita un programa mucho más activo para desbaratar los planes de Irán en toda la región.

En el Líbano, por ejemplo, Hezbolá se ha hecho impopular por enviar a sus hombres jóvenes a luchar, no contra Israel, sino contra los rebeldes sirios –todos suníes– que están combatiendo contra el régimen alauí (una rama del islam chií), apoyado por Irán. EEUU debería estar ayudando a los que en el Líbano se están organizando para reducir el poder de Hezbolá, en lugar de transferir armas al políticamente comprometido Ejército libanés.

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