Menú

Sicario o no

Ha transcurrido más de un mes del crimen y "todas las hipótesis siguen abiertas". Lo cual es raro.

La sofisticación del crimen parecía plasmarse en el asesinato de María del Carmen Martínez, de 72 años, viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala. Su cadáver fue encontrado, junto a su coche de alta gama, en el concesionario de vehículos que regenta su yerno en Alicante. Con dos disparos en la cabeza.

La señora fue la gran dama de un emporio empresarial. Era madre de cuatro hijos, un varón y tres mujeres, todos ellos herederos de la fortuna y que han pasado por las dependencias policiales para aportar lo que saben de las circunstancias del crimen; como también lo han hecho una hermana de la fallecida, el yerno mencionado y los trabajadores del negocio en el que fue encontrada muerta.

Las noticias de prensa afirman que se ha realizado la prueba de la parafina a todos los que se presume estuvieron cerca de María del Carmen, para averiguar si hicieron fuego con un arma. Es un poco extraño, porque la prueba de la parafina ya no se hace, dado que hay métodos más modernos.

Ha transcurrido más de un mes del crimen y, en la línea de lo que últimamente difunde la oficialidad de las noticias, "todas las hipótesis siguen abiertas". Lo cual es raro, porque investigar es descartar hipótesis. Las posibilidades más sugerentes se centran en el entorno familiar y en los negocios en Sudamérica del grupo.

A mí, Sudamérica me queda muy lejos y no creo en tan largo brazo de la venganza. Lo que se sabe es que la señora se encontraba en el concesionario para recoger su Porsche Cayenne, que había dejado a lavar. Al parecer, mientras se sentaba en el vehículo se le acercó el ejecutor y le dio dos tiros a corta distancia: uno en la sien y otro en la mejilla. La víctima se desplomó fuera del coche. Contado así se rebaja bastante la supuesta profesionalidad del criminal. Disparos a bocajarro los puede dar cualquiera. Por otro lado, la sangre fría no es exclusiva de los crímenes por encargo. Lo que sí es cierto es que el criminal sabía que en esa zona no había cámaras de seguridad y que huyó de la escena del crimen llevándose el arma sin que nadie fuera capaz de ver u oír nada. Por eso se supone que utilizó silenciador. En este crimen hay más literatura que datos.

El asesino no se llevó los dos mil euros que llevaba la víctima en el bolso. La policía investiga las relaciones familiares tras la muerte del patriarca Vicente Sala en 2011 y la situación creada por la herencia. La víctima tenía una cita con el notario y se sabe que los herederos formaban dos grupos: por un lado las tres hijas, y por otro el varón. La madre apoyaba en los negocios al hijo. Sus empresas tenían ramificaciones en Venezuela, Argentina, Perú, Colombia, Brasil y México. Pero nada de esto certifica que el asesino sea un sicario. El crimen es un hecho local, hasta cierto punto de factura fácil, dado que la señora no gozaba de protección, que se sepa, y atribuir lo sucedido a factores de allende las fronteras son ganas de explicar lo inexplicable.

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal