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EDITORIAL

¿Estará a la altura el PSOE?

Las instituciones regionales catalanes han sido muy gravemente dañadas por los secesionistas. Por eso hay que desalojarlos de ellas. El PSOE debe tenerlo completamente claro y actuar en consecuencia.

La gravedad de los delitos cometidos por los golpistas que detentan el poder en las instituciones regionales catalanas ha obligado al Gobierno, con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos, a poner en marcha los mecanismos constitucionales previstos para restaurar el orden constitucional en el Principado.

La aplicación del artículo 155 de la Constitución requiere una tramitación compleja a través, fundamentalmente, del Senado, la cámara de representación territorial. Por tanto, las decisiones adoptadas por el Gobierno, como la destitución del Ejecutivo sedicioso de Puigdemont y la limitación de la potestad legislativa del Parlamento regional (clausurado voluntariamente por los golpistas desde principios de septiembre), van a tardar días en adquirir su plena vigencia. Así mismo, y dada la infame agitación callejera que andan perpetrando las fuerzas golpistas, la recuperación de la Generalidad para la legalidad democrática aboca a momentos de fuertes tensiones que las fuerzas políticas constitucionalistas tendrán que afrontar con gran determinación y firmeza.

Así las cosas, ¿qué se puede esperar del PSOE? La pregunta es pertinente porque el partido socialista ha sido en demasiadas ocasiones una formidable fuente de inestabilidad política, incluso o sobre todo en momentos especialmente críticos para la Nación. Su desnortamiento general y el abominable oportunismo de algunas de sus figuras más destacadas no son precisamente las mejores garantías que puede presentar en esta hora decisiva.

Junto al PSOE que se pone del lado del Gobierno en la perentoria restauración del Estado de Derecho en Cataluña hay un PSC carcomido por el nacionalismo que sigue albergando en su seno auténticos caballos de Troya del separatismo. En cuanto a Pedro Sánchez, lo mismo proclama su compromiso con la Constitución que se declara más que dispuesto a gobernar España con los que se han juramentado a dinamitarla, y permite que los ayuntamientos de las cruciales Madrid y Barcelona sigan en las peores manos posibles y padezcan unas alcaldesas que hacen el caldo gordo a los golpistas.

"Nadie ha hecho tanto contra el autogobierno de Cataluña como el secesionismo", dice Pedro Sánchez. Dice bien. Las instituciones regionales catalanes han sido muy gravemente dañadas por los secesionistas. Por eso hay que desalojarlos de ellas. El PSOE debe tenerlo completamente claro y actuar en consecuencia. Por su bien, por el de Cataluña y por el del resto de España.

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