El Partido Animalista ha confundido un buey con un toro bravo en uno de sus vídeos de campaña electoral. Y no se queda aquí: una de sus candidatas da de comer de su propia mano a la presunta fiera, grotesca falsedad que ha llenado de críticas las redes sociales.
Un vídeo con dichas imágenes ilustra el lema "Únete a la revolución"; "Marius", que así se llama el presunto toro bravo, y que debe de ser un orondo buey de raza avileña o similar, es erigido por los animalistas en icono contra la tauromaquia.
Aunque nos resulte repugnante vamos a repetir aquí el texto suscrito por PACMA: "Así queda la "valentía torera" de la que no dejan de hablar los taurinos cuando Marius, con su cerca de una tonelada, interactúa pacíficamente con la candidata de PACMA, Lau Duart. En verdad los toreros solo son unos cobardes que se divierten torturando a un animal pacífico".
Así queda la "valentía torera" de la que no dejan de hablar los taurinos cuando Marius, con sus cerca de una tonelada, interactúa pacíficamente con la candidata de PACMA, @Lau_Duart.
En verdad los toreros solo son unos cobardes que se divierten torturando a un animal pacífico. pic.twitter.com/j0f6k89Hn7
— PACMA (@PartidoPACMA) April 17, 2019
Así es el Toro Bravo
El toro bravo, Bos taurus ibericus, es una raza de bovino seleccionada para la lidia de manera sistemática durante los últimos dos siglos y con anterioridad, desde la remota antigüedad en la Península Ibérica y en otras latitudes mediterráneas, como la Camarga francesa y algunas islas mediterráneas, en función de su agresividad canalizada hacia el desarrollo de combates y juegos rituales con el hombre.
La agresividad ancestral del Uro (Bos primigenius), extinguido en tiempos medievales y antepasado del toro bravo, como de otras muchas razas bovinas, ha sido poco a poco amansada en el proceso de selección de las variedades para el consumo cárnico, es decir, para el matadero. Por excepción, en las tierras antes citadas, los ejemplares más agresivos, llamados ariscos antes de convertirse en bravos, se fueron apartando del medio rural pasando a criarse en campo abierto, donde para su aprovechamiento se producían verdaderos lances venatorios.
Es en el siglo XVIII cuando a partir de las vacadas ariscas comienzan a seleccionarse las primeras ganaderías bravas. Una curiosa leyenda atribuye los pastos salitrosos a una supuesta "generación de la bravura por inclusión de la sal en la alimentación": no es cierto.
La realidad es que los pastos salitrosos, con base floral en plantas como las halófilas Salicornia, Sueda y otras similares no son rentables para el cultivo, de manera que se constituyeron en la mejor superficie para el desarrollo del ganado menos manejable.
La natural agresividad del uro ancestral quedó así perpetuada en estos bóvidos de las salinas o de las marismas, como la Camarga francesa o Doñana, mientras sus parientes mansos no sólo se mantenían muy cerca de los humanos, sino algunas veces, como en el Caserío vasco, hasta compartiendo nuestras propias edificaciones.
La agresividad ancestral, no fomentada en el toro arisco sino perdida en las variedades mansas, es la propia de un bovino gregario con conducta territorial y procedimientos de embestida ante los ataques de sus enemigos, fundamentalmente de las manadas de lobos en su ambiente natural europeo.
La tendencia a la lucha del toro se manifiesta no sólo ante la presión de cualquier ataque por parte de los predadores, sino también como medio de combate frente a otros machos rivales: cuando los animalistas urbanos pretenden mandar a los toros bravos a idílicas dehesas donde hacerse viejos en la paz del campo, ignoran que una importante proporción de cada camada perecería en luchas territoriales entre machos si no estuvieran siempre atentos los mayorales que tratan de poner paz y separar a los más pendencieros.
Como también sucede entre los ciervos, los toros derrotados y casi siempre heridos, tras una pelea por la dominancia, deambulan con especial peligro mostrando un comportamiento que en el argot del campo se conoce como "abochornados".
También la vaca brava sabe defender a su becerro con extraordinaria agresividad ante cualquier peligro que pueda amenazarlo, pero vamos a desarmar la teoría exhibida por PACMA con un argumento todavía más categórico, ¿saben los animalistas cómo reacciona un becerro recental ante cualquier peligro?
A los hombres del campo no hace falta aclarárselo: un becerrito bravo recién nacido embiste y golpea con su frente a quien se le ponga por delante, y es el único bovino recental capaz de mostrar esta conducta ya que el "espantón" hacia atrás en busca de cobijo es la única defensa de los mansos.
Digamos entonces claramente que la arrojada aspirante a diputada del desafortunado vídeo de PACMA no sólo escaparía aterrada ante un verdadero toro bravo, como ha afirmado en Twiter el gran torero Cayetano Rivera, sino posiblemente también ante el topetazo de un becerrillo.
Para ser animalistas sabéis bien poco de animales...
— Cayetano (@Cayetano_Rivera) April 19, 2019
Te invito @lau_duart a acariciar un toro BRAVO, no castrado! Ya verás el "abrazo"... Eso es un buey!
Además de ignorantes sois muy irresponsables haciendo pensar a la gente que puede acariciar un toro bravo.@PartidoPACMA https://t.co/yNvD378T8s
En el campo bravo son frecuentes los accidentes. Incluso mortales, que provocan los toros bravos por la presencia de personas imprudentes desconocedoras de su agresividad: los recolectores de espárragos ofrecen muchos trágicos testimonios. Hasta los mayorales y los ganaderos han tenido que pagar con gravísimas heridas alguna imprudencia o descuido, como Victorino Martín, padre, q.e.p.d. quien sufrió nueve cornadas de uno de los sementales de su ganadería al borde de un río de su finca, o su pariente Adolfo Martín, al que su hijo salvó de una muerte segura cuando, en un corral, fue alcanzado por las astas de uno de sus toros.
En sus dominios el toro bravo muestra una conducta fuertemente territorial que reproduce en su lucha en la plaza, donde se conoce con el nombre de "querencia". Quienes manejan estas vacadas en el campo saben que no deben cruzarse entre un toro y su zona de descanso o escondite, que llaman "acucadero", porque es allí donde les molesta la "cuca" o mosca"; desconocer estos detalles es exponerse a un accidente mortal.
Algo parecido ocurre en África cuando un imprudente fotógrafo se cruza entre un hipopótamo apaciblemente tumbado al sol y su camino de vuelta hacia el río, donde tenderá a refugiarse al galope ente el menor sobresalto. El desconocimiento de esta conducta ha ocasionado multitud de muertes, hasta el punto de que el hipopótamo es considerado como el animal más peligroso del continente negro.
Pro volvamos a hablar de toros y del vídeo de PACMA. No lo duden, el toro es un animal agresivo, en sus ancestros y en el producto de su selección para la lidia y hasta en su fase de recental, y cuestionarlo es mostrar un gran desconocimiento.
Se han dado casos excepcionales, como el de algunos toros troquelados con sus cuidadores; especialmente llamativo fue el del maestro Antonio Chenel y su toro "Cantinero", un semental de Murube prestado por su amigo El Niño de la Capea; desde luego "Antoñete" no tenía nada que ver, en ningún sentido, con la candidata del partido PACMA, ni "Cantinero" con el destartalado buey del vídeo electoralista, que no cabe duda de que terminará en un matadero.
Y lo más importante: PACMA miente a sus presuntos electores y los votantes no sólo no son tontos sino que lo último que perdonan a los políticos es la mentira, de manera que "Marius" el gigantón protagonista del vídeo, destinado a convertirse en filetes, puede conducir al partido animalista hacia una tremenda derrota.