
En medio del espectáculo mediático que día sí y día también da el gobierno de Sánchez, unido a la sobrecarga informativa por el fallecimiento de la Reina Isabel II de Inglaterra, ha pasado algo desapercibido el manifiesto conjunto que han hecho público hace unos días un total de veintitrés asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo. En dicho manifestó piden establecer un "cordón sanitario" a los herederos políticos de ETA, es decir, a Bildu, mientras que no colaboren con el esclarecimiento de los 379 asesinatos de la banda terrorista que a día de hoy están pendientes de resolver.
En uno de sus párrafos, el manifiesto dice textualmente:
No podemos permitir que una agrupación política amparada por la legislación democrática no coopere en la resolución de tamaños asesinatos. Por eso hacemos un llamamiento a todos los partidos a que no comiencen iniciativa parlamentaria alguna de la mano de EH Bildu. Sus votos de sangre no pueden ser blanqueados por el resto de formaciones. Ningún partido democrático debe desentenderse de la insoportable situación que sufren las víctimas de estos asesinatos sin resolver, que hacen de España un estado anómalo y un paraíso de impunidad terrorista.
Aunque se pueda entender la "diplomacia" de los firmantes en la redacción del manifiesto, es obvio que este llamamiento "a todos los partidos", tiene un destinatario principal y casi único: Sánchez y el PSOE que son quienes han llevado a cabo desde su llegada al Gobierno el blanqueamiento de ETA y de su brazo político en las Instituciones. Es Sánchez quien han pactado con Bildu en el Congreso de los Diputados; es Sánchez quien ha permitido que la socialista María Chivite se mantenga al frente del Gobierno de la Comunidad Foral de Navarra gracias al apoyo de los parlamentarios de Bildu en dicha Comunidad; es Sánchez quien a cambio del apoyo de Bildu ha llevado a cabo el acercamiento de prácticamente todos los presos de ETA a cárceles muy cercanas o ubicadas en la Comunidad Autónoma Vasca; es Sánchez, en definitiva, quien se empeña continuamente en presentar ante la opinión pública a Bildu como un partido político más del arco parlamentario.
Hacen muy bien las asociaciones y fundaciones impulsoras del manifiesto en realizar este tipo de peticiones, sobre todo cuando las mismas están avaladas por el Parlamento Europeo que, como recuerdan en su escrito, aprobó el pasado mes de abril un informe en el que reclamaba a las instituciones españolas hacer todo lo posible por evitar la impunidad, resaltando que en los últimos años ningún etarra había cooperado para aclarar los atentados pendientes de resolución.
Pero de sobra saben los firmantes del manifiesto que su petición caerá en saco roto, porque Sánchez está en otra cosa. Está en mantenerse en el poder y para eso necesita el apoyo parlamentario de partidos tan poco recomendables como los independentistas-golpistas catalanes de ERC, o de los cinco diputados de Bildu en el Congreso. Así de triste y así de lamentable.
Es de esperar que todo esto no le salga gratis al todavía Presidente del Gobierno. La indignación, no sólo de las víctimas, sino de muchos ciudadanos por el blanqueamiento de ETA, por apoyarse para seguir en el poder en los herederos políticos de los terroristas y por el trato de favor a los presos de ETA con los acercamientos al País Vasco, es algo que no se olvidará fácilmente.
El "Que te vote Txapote" perseguirá a Sánchez y a sus ministros —hace unos días lo sufrió en un acto público la ministra de Defensa, Margarita Robles— durante lo que queda de legislatura. Los españoles han sufrido durante muchos años la crueldad y el dolor causado por el terrorismo de ETA. Y aunque la banda terrorista haya dejado de matar, eso no quiere decir que haya que hacer borrón y cuenta nueva, mirar para otro lado, o pasar página, renunciando a la Memoria, a la Verdad y a la Justicia que se merecen y a la que tienen derecho todas las víctimas del terrorismo.
