Menú
Antonio Robles

Sedición: el mal ya está hecho

¿Cuándo se enterará la progresía aturdida de esta España acomplejada de que la mentalidad nacionalista es la misma que la de cualquier secuestrador?

¿Cuándo se enterará la progresía aturdida de esta España acomplejada de que la mentalidad nacionalista es la misma que la de cualquier secuestrador?
María Jesús Montero. | Europa Press

Confirmado, presupuestos por sedición. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero ha confirmado hoy en el debate de los presupuestos que el presidente Pedro Sánchez se ha comprometido con ERC a traer al Congreso la reducción de penas por sedición.

Asistiremos a meses de triquiñuelas jurídicas y trampantojos políticos para justificar o maldecir la reforma del delito de sedición exigido por ERC. Será un debate de malandrines, lleno de verdades interesadas, medias verdades y mentiras a secas. Salga adelante o no, el mal ya está hecho. La hegemonía moral perdida por los nacionalistas tras el golpe institucional al Estado de Derecho la vuelve a recuperar. Pasan de agresores a agredidos, de delincuentes a víctimas. Con la colaboración necesaria del gobierno de la nación que habría de combatirles. Mientras tanto, el Tribunal Supremo, humillado ayer con la concesión de indultos a los que se opuso, será ahora ridiculizado por haberse atenido a leyes abusivas. ¿No era eso lo que sostenían los nacionalistas? ¿Acaso mentían las pobres criaturas cuando se quejaban de ser "presos políticos"? ¿Y el papelón del Rey Felipe VI apelando a "los poderes legítimos del Estado" el 3 de octubre del 2017 para reducir a inocentes ciudadanos cuyo único delito fue querer votar?

¿Cuándo se enterará la progresía aturdida de esta España acomplejada de que la mentalidad nacionalista es la misma que la de cualquier secuestrador? O me das lo que pido, o vuelo el avión. Unidad por privilegios. Y no tienen enmienda posible, no se rehabilitan, porque su naturaleza es esa. O la neutralizas o te saquean.

Más allá de la marrullería que se avecina, y de otros muchos daños colaterales, señalo tres errores de libro, y la más sucia maldad pergeñada contra España desde la abolición de la Constitución de 1812 por el nefasto Fernando VII.

  • Primer error. Los pilares del Estado social y democrático de Derecho de una nación milenaria habrán dejado de ser referentes axiomáticos.

La aureola casi sagrada de los fundamentos del Estado de Derecho preserva a estos del mercadillo frívolo que los políticos suelen llevar a cabo para gestionar sus cambalaches. Cuando aquellos también entran en las negociaciones para mantenerse en el poder, como es el caso, pierden su sacralidad en beneficio de las aspiraciones más ruines. La ejemplaridad de una sentencia por sedición se pierde en indultos de carácter instrumental y mentalidad de mercadillo, y las maniobras para maniatar al CGPJ o al TC relativizan la confianza del ciudadano en la justicia. Por lo mismo, negociar la reforma del delito de sedición a la baja con los condenados por sedición alienta a cualquiera a persistir en el delito porque sabe que la ley que lo reprime depende de la ambición del gobernante sin escrúpulos de turno. El mero hecho de entrar al trapo a la mera negociación con el delincuente disuelve la autoridad de la norma. Logra, en sentido perverso, lo que la catarsis psicoanalítica consigue en sentido positivo con los traumas: su verbalización, los disuelve. En nuestro caso, la negociación misma desarma al Estado frente al delincuente, porque la vulgariza. Un eterno sí se puede.

  • Segundo error. Europa toma nota.

La propaganda nacionalista en Europa vuelve a reverdecer. El presidente de España la subraya: "Homologar la calificación del delito de sedición a estándares europeos es firme". Luego, las quejas independentistas estaban justificadas, el Estado español abusó al condenarles con un delito inexistente en Europa. Aunque sea falso. Estados como Alemania o Francia pueden llegar a sancionar con la cadena perpetua por delitos similares, o Portugal, con 20 años. Menos mal que allí están eurodiputadas como Maite Pagaza, organizaciones como Foro de Profesores y muchos amigos de España.

  • Tercer error. La batalla cultural nacionalista toma nuevos bríos.

Cuando el mundo independentista andaba de capa caída y sus mentiras eran desmentidas por los hechos, Pedro Sánchez le regala lo que toda masa sugestionada necesita para seguir enfurecida, los estímulos de Skinner que el 155 y la sentencia del TS les arrebató: la razón para seguir creyendo. "Ara ve la bona!", repite el iluso. Y a seguir mintiéndose.

  • La perversidad de Sánchez: crear una coalición de futuro con todos los enemigos de España y con los neocomunistas de diseño.

No se trata de vender España al diablo por seguir un mes más en la Moncloa. Su ambición planifica el futuro con la ruina de España tal como la conocemos hoy. Pedro Sánchez sabe que el PSOE sanchista no volverá a tener una mayoría electoral para gobernar si no cuenta con independentistas, filoetarras, populistas neocomunistas y toda la chatarra ideológica de rancio puritanismo laico. Y para ello, no le queda otra que ceder según medida a todas sus aspiraciones: la disolución del delito de sedición por etapas, la desjudialización de la política a la carta como tributo a quienes han politizado la justicia, la amnistía para que Oriol Junqueras y el resto puedan presentarse a las próximas elecciones, la Reforma del Tribunal de Cuentas para evitar condenas pendientes a sus socios indepes aún no juzgados, serán los siguientes pasos. Hasta se atreve a legislar contra la lengua de todos los españoles. De ahí no se sale sin contar con los bajos fondos.

Que nadie lo dude, ese camino no tendrá retorno sin traumas si el pueblo español no derrota a Sánchez en las próximas elecciones. Aunque el mal ya está hecho al envalentonar de nuevo a quienes habían asumido los riesgos de jugar con fuego.

PD: Si hoy el independentismo es menos ruidoso, sólo es porque la complicidad mutuamente interesada con Pedro Sánchez le permite rearmarse. Mera táctica en espera de mejor ocasión. Está agazapado, debilitando al Estado, rehabilitándose. Que nadie lo dude, Pedro Sánchez, por necesidad y ambición, ya forma parte indisoluble de los enemigos de España.

Temas

En España

    0
    comentarios