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Los errores de Feijóo

O bien la actual dirección del PP es un poco masoquista, o no se han enterado todavía de lo que tienen enfrente.

O bien la actual dirección del PP es un poco masoquista, o no se han enterado todavía de lo que tienen enfrente.
Alberto Núñez Feijóo | David Mudarra

El actual presidente del PP y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se ha dejado bastantes pelos en la gatera en todo el lamentable episodio de la negociación con el Gobierno de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Es verdad que la campana le salvó en el último minuto, pero vista la insistencia este lunes de Elías Bendodo al decir que "las negociaciones están paralizadas, pero no rotas", y que si Sánchez se compromete por escrito a no rebajar el delito de sedición esas negociaciones se podrían retomar, o bien la actual dirección del PP es un poco masoquista, o no se han enterado todavía de lo que tienen enfrente.

Sánchez lleva aplicando un plan preconcebido para cargarse el régimen constitucional del 78, desde que llegó a la Moncloa en 2019. Ese plan necesita como el comer controlar el Tribunal Constitucional para que este organismo no ponga obstáculos a la hora de desmontar el citado régimen constitucional: desde la autorización de un referéndum en Cataluña hasta mantener intacta la infumable ley de memoria democrática, pasando por no echar para atrás leyes ya recurridas ante el TC como la del aborto, la de la eutanasia, la de educación o en un futuro la ley Trans, que suponen un cambio radical en el modelo de sociedad.

Sentarse a negociar "algo" con un personaje como Sánchez es una temeridad y, si ese "algo" afecta al control político de la justicia y del Tribunal Constitucional, aparte de temerario es un grave error. Con este Gobierno, con este PSOE, como reconoció el propio Feijóo al día siguiente de la ruptura de las negociaciones, no hay nada que negociar. Muchas de las razones esgrimidas por el presidente del PP para justificar su negativa a seguir negociando, eran perfectamente válidas, antes de que Sánchez le confirmara su intención de modificar el Código Penal para reducir las penas por el delito de sedición.

A veces da la impresión que Feijóo tiene una idea de la política y de los políticos más del periodo de la transición o de los primeros gobiernos de la democracia, donde efectivamente se llegaron a grandes acuerdos entre las principales fuerzas políticas. Pero eso ha cambiado, ya no es posible en la actualidad, porque la izquierda ha roto todos los puentes y sólo quiere imponer su modelo político y de sociedad. Todo empezó con la llegada de Zapatero al poder en el 2004. Y Sánchez no solamente ha sido un buen heredero de las políticas de aquel, sino que las ha corregido y aumentado, entre otras cosas, porque para mantenerse en el poder se ha apoyado en lo mejor de cada familia: los independentistas golpistas de ERC, los herederos políticos de ETA, Bildu, y los nacionalistas vascos del PNV, que siempre están ahí para ver que pueden "pillar".

Con el Presidente del PNV, Andoni Ortuzar, se reunió Feijóo la pasada semana, justo en la víspera que se conociera que ese partido había arrancado a Sánchez en la negociación para apoyar los presupuestos que se autorizarían las selecciones vascas en deportes como el surf y la pelota vasca, algo que para nada es una cuestión menor ni anecdótica. El PNV nunca da puntada sin hilo.

Otro grave error que viene cometiendo Feijóo desde que hace siete meses llegó a la presidencia del PP es considerar a los nacionalismos como parte del sistema. ¿Qué más tendrán que hacer estos nacionalismos para demostrar su desapego, su deslealtad hacia el régimen constitucional del 78 y su deseo, si eso fuera posible, de dejar de formar parte de España? El PNV ya lo intentó con el plan Ibarretxe, y los independentistas catalanes con el proceso que tuvo su punto álgido en el referéndum ilegal de hace cinco años.

Feijóo ha salido bastante tocado de este episodio de la negociación del CGPJ y no precisamente por las razones que han esgrimido desde el Gobierno y desde el PSOE. Es de esperar que el líder del PP saque las conclusiones correctas de lo que le ha pasado, que corrija todo lo que tenga que corregir y que no pierda de vista que el objetivo prioritario que deben tener tanto el PP como VOX es echar democráticamente a Sánchez del poder en las próximas elecciones generales.

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