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Pablo Molina

No las derogará

Feijóo rechaza las últimas leyes sanchistas únicamente porque son recientes. En cuanto pase algún tiempo, los populares las asimilarán.

Feijóo rechaza las últimas leyes sanchistas únicamente porque son recientes. En cuanto pase algún tiempo, los populares las asimilarán.
Alberto Núñez Feijóo, en esRadio.

Alberto Núñez Feijóo fue muy contundente en esRadio al asegurar que anulará las leyes más polémicas aprobadas por la banda de Sánchez. En especial, el presidente popular hizo referencia a las leyes conocidas coloquialmente como de memoria democrática, trans, solo sí es sí y de bienestar animal, que el PP suprimirá en cuanto llegue al Gobierno por considerar intolerables sus contenidos. La ley de violencia de género, auténtico germen del desparrame jurídico posterior perpetrado por la izquierda, le parece en cambio aceptable, razón por la cual tan solo introducirá leves mejoras en caso de que resulte estrictamente necesario. ¿Qué es lo que la diferencia del resto de normas que Feijóo dice que va a derogar? Pues únicamente que es de la época de Zapatero y, en consecuencia, el PP ha dispuesto del tiempo necesario para integrar sus contenidos como elementos fundamentales de su propio ideario.

De hecho, todas las autonomías gobernadas por el Partido Popular implantaron años después sus propias leyes de violencia de género, que incluyen aberraciones jurídicas y discriminatorias en igual o mayor medida que la norma original aprobada por las Cortes en 2004. Y no se trata de leyes que el PP ha votado a regañadientes en los parlamentos autonómicos, sino de textos elaborados e impulsados como proyectos de ley por los gobiernos populares, que cuando se trata de legislar para la izquierda siempre se emplean a fondo.

A Núñez Feijóo le parece un insulto la ley de memoria democrática, sobre todo porque ha sido negociada con Bildu. Pero en Murcia, donde su partido lleva gobernando casi tres décadas ininterrumpidas, el PP aprobó una reforma del Estatuto de Autonomía que incluía un artículo destinado a promover esa misma memoria democrática, dando soporte estatutario a una materia "que los poderes públicos velarán" para que se convierta en "símbolo permanente de identidad, multiculturalidad, tolerancia y de dignidad de los valores democráticos". El texto no fue consensuado con Bildu porque no tiene representación en la Asamblea Regional murciana, pero sí lo fue con Podemos, cuyos diputados aplaudieron y firmaron un nuevo Estatuto que colmaba muchas de sus aspiraciones.

Feijóo rechaza las últimas leyes sanchistas únicamente porque son recientes. En cuanto pase algún tiempo, los populares asimilarán sus elementos fundamentales como un hecho consumado que hay que defender para no quedarse anclados en el pasado e incorporarán a sus intervenciones diarias la jerga delirante que el sanchismo ha convertido en precepto legal. Es solo cuestión de tiempo, así que más le vale a Feijóo no hacer demasiados aspavientos justicieros. Que haga como Rajoy, un tipo encantador que no se metía en política y por eso pudo presumir del mayor orgullo que le cabe a un gobernante del PP: no tocar ninguna de las leyes ideológicas de la izquierda, que antes de llegar al poder afirmaban públicamente que iban a derogar.

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