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Amando de Miguel

Los trasvases de cuencas

Me temo que la propuesta aquí desgranada no se realizará. Todavía es dominante la visión localista del actual "Estado de las autonomías".

Me temo que la propuesta aquí desgranada no se realizará. Todavía es dominante la visión localista del actual "Estado de las autonomías".
Canal del trasvase Tajo-Segura | Europa Press

El territorio de la España peninsular resulta doblemente adverso: suelen sucederse las recurrentes sequías y en algunos valles y rieras menudean las ocasionales inundaciones. En la época de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y de la II República, el ingeniero Lorenzo Pardo diseñó un detallado plan de embalses. Su idea era trasvasar el agua de la cuenca del Ebro a la del Tajo, y de este al Segura, en la huerta de Murcia. Era un proyecto muy costoso; había que hacerlo poco menos que con pico y pala, y no pudo ejecutarse. La situación política era muy inestable. En la época franquista, se desempolvó el proyecto como si fuera una nueva iniciativa. Sin embargo, solo se pudo realizar la parte menos onerosa: el trasvase del Tajo al Segura (años 70 del pasado siglo). Son evidentes las limitaciones que ha tenido esa obra por la falta de caudal suficiente. Al final, todos han quedado insatisfechos.

Ha llegado el momento de afrontar el doble reto de la escasez (sequía) y el exceso de agua (inundaciones). Son efectos que se repiten en los mismos lugares desde hace siglos. Debe quedar claro que el agua caída de las nubes es un patrimonio de todos los españoles, no de cada localidad o región. También, es verdad que hay que compartir una parte del caudal de los ríos atlánticos con los portugueses; pero eso ya está resuelto por un tratado internacional.

No solo hay que completar el trasvase de la cuenca del Ebro a la cabecera del Tajo (el gran embalse de Entrepeñas). El agua trasvasada debe llegar hasta Almería. Hay que dar agua a lo que se ha llamado "la huerta de Europa". La técnica actual permite abrir túneles con toda facilidad. Además, debe establecerse un plan de trasvases entre todas las otras cuencas, de norte a sur. Al mismo tiempo, se precisa una red de pequeñas presas y balsas de contención para anticiparse a las eventuales inundaciones. Se localizan muy bien en algunos valles del norte y de las ramblas mediterráneas.

Años ha, se pensó que la solución de las recurrentes sequías era el establecimiento de plantas desaladoras. Han sido un múltiple fracaso. El coste energético ha sido disparatado y se producen desechos poco manejables. Además, por si fuera poco, la ocasión ha producido vergonzosos casos de corrupción política. Las desaladoras solo sirven para situaciones liminares; por ejemplo, islas o barcos de mucho tonelaje. En la España continental, resulta mucho más hacedero el esquema de una red de trasvases y acequias.

Empero, me temo que la propuesta aquí desgranada no se realizará. Todavía es dominante la visión localista del actual "Estado de las autonomías". Habrá que oír los lamentos de las distintas "comunidades autónomas" cuando se plantee la imperiosa necesidad de los trasvases de cuencas.

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