El presidente del Gobierno ha entrado en una delirante espiral de promesas electorales que no tiene parangón ni en el mundo civilizado ni en el otro. Al hombre se le caen los pisos de los bolsillos, pero a razón de miles de viviendas por comparecencia. Lo mismo nos vende cincuenta mil pisos del banco malo que veinte mil a construir en terrenos del Ministerio de Defensa. De modo que se ha perdido la cuenta. ¿Cuántos pisos ha prometido Pedro Sánchez? Millones. Y eso sin tener en cuenta la ley de la vivienda con la que amenaza la propiedad privada, legaliza la usurpación y les pone chalets con piscina a los okupas.
La titular de Defensa, doña Margarita Robles, ha tenido a bien explicar que los solares en desuso de su Ministerio no nos van a salir gratis a los españoles. No señor. Se venderán a precio de mercado porque es lo que dice la ley, según ella, que es juez... y parte. De tal manera que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana tendrá que pagar por los terrenos "según la tasación adecuada", según la generala.
Es el negocio de las cabras para los contribuyentes, un pelotazo sin precedentes. Suelo que es de los españoles por el que tendrán que pagar los españoles gracias a la última ocurrencia de Sánchez en materia de vivienda. A ese fenómeno hay que darle el Nobel de Economía. "La Ley no permite que Defensa pueda ceder los terrenos gratuitamente, sino que necesariamente tiene que recibir una contraprestación", ha declarado la señora Robles, quien acto seguido apuntó que los beneficios se destinarán a una buena causa, "las necesidades de la defensa nacional". Ah, pues fenomenal, ¿no?
O sea que la cosa consiste en que el Gobierno construirá vivienda "social" tras vender unos terrenos por los que pagará lo que diga el mercado a costa de los ciudadanos. ¿Dónde está el problema? Este presidente es un crack, un titán. Sostiene la ministra Robles que el acuerdo está muy avanzado porque se llevaba trabajando "meses" en el asunto y que el Consejo de Ministros ya tiene el apaño en la agenda. En ascuas a la espera de más detalles.
Mientras tanto, gracias a Sánchez y a los gobiernos de socialistas y comunistas en comunidades y ayuntamientos, los alquileres han subido, la oferta se ha reducido, los okupas campan a sus anchas y Mohamed está pensando en mandarnos más desheredados porque en España se regalan pisos. Y aún hay quien se acuerda del Instituto Nacional de la Vivienda del franquismo. Serán fascistas...