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Cayetano González

La "disolución" de ETA

Cinco años después, lo que ha venido en llamarse la "batalla del relato" la van ganando ETA y su entorno.

Cinco años después, lo que ha venido en llamarse la "batalla del relato" la van ganando ETA y su entorno.
Arnaldo Otegi, durante una declaración pública. | EFE

El pasado 4 de mayo se cumplió el quinto aniversario del anuncio por parte de la banda terrorista ETA —a través de un comunicado leído por Josu Ternera y Marisol Iparraguirre "Anboto"— de su "disolución", después de haber asesinado a lo largo de cincuenta años a un total de 857 personas, herido a casi 3.000 y provocado la huida del País Vasco y Navarra de decenas de miles de personas, por el acoso y el miedo provocado por la banda terrorista y por su entorno social, lo que se ha venido en denominar la izquierda abertzale.

Transcurridos cinco años desde ese anuncio, ¿se puede decir que realmente ETA está derrotada y disuelta? Para contestar este interrogante, conviene recordar que la banda terrorista, que nació en 1959, era algo más que un grupo de asesinos. Era, y sigue siendo, un entramado que tenía y sigue teniendo como objetivos la independencia del País Vasco —ellos hablan de la República Socialista de Euskadi integrada por la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra y tres provincias del sur de Francia— y la ruptura de España. ETA nació en pleno franquismo, pero siguió matando en democracia para lograr esos objetivos.

Lo más positivo —que no es poco— es que ETA ya no mata, lo que ha supuesto un gran alivio para sus potenciales víctimas, que eran muchos colectivos: las Fuerzas de Seguridad del Estado, el Ejército, políticos y cargos públicos de partidos no nacionalistas, jueces, empresarios, periodistas y, en general, cualquier ciudadano que pasará por allí…

Pero cinco años después, y esto hay que tenerlo en cuenta para responder a la pregunta planteada anteriormente, la situación es la siguiente: nada más y nada menos que un Presidente del Gobierno de España, ha convertido a los herederos políticos de ETA en uno de sus socios preferentes para mantenerse en el poder. Los pactos de Sánchez con Bildu no sólo se han llevado a cabo en numerosas votaciones en el Congreso de los Diputados, sino también en Navarra, donde la Presidenta de la Comunidad Foral, la socialista María Chivite, ha recibido el apoyo de Bildu para poder gobernar.

Cinco años después, todos los presos de la banda terrorista han sido trasladados por Sánchez y su fuel escudero, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, a cárceles ubicadas en el País Vasco, —los famosos "viernes basura", que llama Dieter Brandau en su programa— una exigencia de Bildu, vista con buenos ojos por el PNV. Transferida la competencia de prisiones al Gobierno Vasco, ya se está viendo cómo poco a poco, el ejecutivo que preside el peneuvista Urkullu, va impulsando la concesión de terceros grados a los presos etarras, o medidas como que puedan salir de la cárcel para consultas médicas. ¿Cuánto tardarán los presos de ETA en quedar totalmente en libertad?

Cinco años después, lo que ha venido en llamarse la "batalla del relato" la van ganando ETA y su entorno. En gran parte esto es debido a que el actual Gobierno de España y el PSOE como partido principal del mismo, no solamente no han dado esa batalla, sino que han contribuido al "blanqueamiento" de la marca política de ETA, con el simple argumento que la banda terrorista ya no mata y que Bildu es un partido legal que tiene derecho a defender sus posiciones políticas en las Instituciones. Hay que aclarar que Bildu es una coalición de partidos, aunque realmente es Sortu, los herederos de Batasuna, los que tienen un peso casi total en esa coalición. Y aunque en sus estatutos apuestan por las vías pacíficas para conseguir sus objetivos, lo cierto es que, a día de hoy, no han condenado la actividad terrorista de ETA, no han reconocido el daño causado y no han pedido perdón a las víctimas.

Con este panorama, es muy difícil sostener que ETA se ha "disuelto". Sería más correcto decir que la ETA de los comandos terroristas fue derrotada por la actuación de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, y que la ETA política sigue no solo viva, sino más fuerte que nunca. Se verá en las elecciones del próximo 28-M, donde Bildu será la segunda fuerza política del País Vasco y obtendrá un magnífico resultado en Navarra, volviendo a ser una pieza clave para la formación del próximo Gobierno de la Comunidad Foral.

Todo el "proceso" liderado por Sánchez para cambiar el régimen constitucional del 78 ha tenido dos actores fundamentales: los independentistas y golpistas catalanes de ERC y ETA. ERC gobierna en Cataluña. ETA podría hacerlo en el País Vasco el año que viene, tras las elecciones autonómicas. Para eso serían necesarias dos cosas: que la suma de escaños en el Parlamento Vasco de Bildu, PSE y lo que quede de Podemos alcance la mayoría absoluta, y que Sánchez continue en la Moncloa tras las elecciones generales de este año, porque en ese caso, el actual Presidente del Gobierno estaría dispuesto a hacer lehendakari a Arnaldo Otegui con el apoyo del PSOE. Un motivo más para echarle democráticamente del poder. En cualquier caso, con este panorama, no parece que pueda hablarse con propiedad de una "disolución" de ETA.

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