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Emilio Campmany

Midas era socialista

Tras el Felipato, el PSOE debió irse por el sumidero como hicieron los partidos socialistas italiano, francés y griego.

Tras el Felipato, el PSOE debió irse por el sumidero como hicieron los partidos socialistas italiano, francés y griego.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d), y los expresidentes socialistas José Luis Rodríguez Zapatero (d) y Felipe González (2i) | EFE

El PSOE viene siendo un partido corrupto desde que en 1982 accedió al poder. Durante el Gonzalato no se limitó a robar, sino que se emplearon los fondos reservados para asesinar y secuestrar. Luego, en Andalucía dieron el golpe más grande de toda la historia de la democracia española con el robo de los ERE, en el que se apropiaron de cientos de millones de euros de todos los españoles. El máximo responsable del atraco, juzgado con todas las garantías y privilegios de los aforados, fue condenado a pena de cárcel y, como es lógico y natural, todavía no ha entrado en prisión. Y con toda probabilidad nunca lo hará. Así que, las noticias de que el PSOE robe o secuestre ya no son noticias, son el pan nuestro de cada día.

Sin embargo, los españoles, al menos algunos de nosotros, creíamos que los socialistas, cuando ganaban, lo hacían sólo manipulando la opinión pública, favoreciendo a los medios afines y castigando a los adversos, colonizando los medios públicos de comunicación, ocultando verdades y propalando mentiras. Incluso sabíamos que compraban votos prometiendo prebendas, favores, subvenciones, ayudas, subsidios y demás a grandes franjas de electores para cuando ganaran las elecciones. Pero pensábamos que al menos el sistema electoral estaba a salvo y, aparte las manipulaciones habituales, los votantes acudían a las urnas de forma razonablemente libre. Ni eso ha resultado ser verdad. Incapaces de ganar comprando votos con promesas electorales que nunca cumplen, a la vista de que el electorado está ya suficientemente avisado, se han lanzado a la compra directa del sufragio en algunos sitios, allí donde un puñado de votos puede ser decisivo para hacerse con el poder. Lo han hecho abusando de los agujeros que tiene el sistema español de voto por correo, cuya regulación es evidente que hay que revisar de cabo a rabo. Que no se diga que en Melilla lo ha hecho un partido islamista porque no deja de ser un aliado más del PSOE. Es algo que no tiene nada de particular puesto que a los socialistas les gusta arrimarse a los enemigos de España y éste es un partido cuyo objetivo es defender los intereses de Marruecos en la ciudad autónoma. Que no se diga que en otros sitios son pequeños partidos localistas los que han cometido los delitos porque son también aliados del PSOE y porque en otros sitios son los propios socialistas quienes han comprado los votos. Que no se diga que son casos aislados porque lo son en la medida en que se han podido probar y no sabemos hasta qué punto el cáncer se extiende a otros lugares. Que no se diga que el PP ha cometido también irregularidades en otros pueblos porque éstas no consisten en la compra directa de votos.

Tras el Felipato, el PSOE debió irse por el sumidero como hicieron los partidos socialistas italiano, francés y griego. Porque nuestro sistema es como es o porque España es lo que es, no se fue y así nos va. El PSOE es como un rey Midas, pero al revés: convierte en ponzoña todo lo que toca.

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