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La venganza de Frankenstein

Una operación de intoxicación ha conseguido que muchos den por descontado que Sánchez cuenta con los votos necesarios.

Una operación de intoxicación ha conseguido que muchos den por descontado que Sánchez cuenta con los votos necesarios.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la Sesión Constitutiva del Congreso. | Europa Press

"Diego, ¿puede usted venir?" El ministro Albares llamó a su director de Gabinete. "Necesito la carta que le enviamos al presidente del Parlamento Europeo el 16 de septiembre de 2022". "¿Esa del catalán en la Unión Europea que se acordó con ERC?", preguntó Diego. "Esa misma". El ministro de Asuntos Exteriores le da instrucciones precisas: "cambias la fecha, la de hoy; como destinatario me pones a mí y modifica un poco el texto, que se vea interés…, ya sabes".

Con la nueva carta ya en su poder, Albares salió del despacho y bajó a la entrada principal. Allí le esperaba un ordenanza que le dio un casco. Sin abrocharse la correa se sentó en el sidecar que tronaba con los acelerones del conductor de incidencias del Ministerio. Salieron escopetados y en un pispás rodearon la Plaza del Marqués de Salamanca. El chofer paró en el mismo lugar del que habían arrancado dos minutos antes. El ministro, con el casco aún puesto, se dirigió al Registro General. Preguntado por tan extraño proceder, respondió que "no supone ninguna anomalía el hecho de que el Gobierno se haya remitido a sí mismo, en su calidad de Presidencia de turno del Consejo de la UE, la petición para que el catalán, el euskera y el gallego sean lenguas oficiales en la Unión". Puigdemont se felicitaba de este "hecho comprobable" a las 11:48h del pasado jueves 17 de agosto y le daba el plácet a su amiga republicana Francina Armengol, como tercera autoridad del Estado. Los de la Asamblea Nacional Catalana le enviaron un caganer.

Doce minutos después la dama cadete Borbón entraba en la Academia General Militar de Zaragoza. En 1874 Antonio Cánovas del Castillo propuso a la reina Isabel II que el joven príncipe Alfonso [Alfonso XII], estando madre e hijo en el exilio, ingresara en una institución militar. Se eligió la Royal Military Academy of Sandhurst, donde se forman los oficiales del ejército británico. La cadete Borbón le debe a Cánovas estar en "la General" y también tener "el mando supremo del Ejército y Armada" [artículo 52 de la Constitución de 1876], en la que se atribuye por primera vez ese mando sobre las Fuerzas Armadas, que reproduce el artículo 62h de la Constitución de 1978. España continúa, pese a los trileros y sus trucos de cartas.

El Rey ha comenzado sus consultas con los grupos parlamentarios. Debe proponer un candidato a presidente del Gobierno. Por fortuna, no tendrá que poner buena cara ni escuchar a los representantes de los bilduetarras, ni a los golpistas de Junqueras y Puigdemont. El del BNG, ni fu ni fa.

Recordemos que pasó en la investidura del 7 de enero de 2020. Sánchez se salvó de volver a corrales merced al voto de "Teruel Alpiste". Los 8 de Junts votaron en contra; los 13 de ERC y los 5 de Bildu se abstuvieron. Hoy necesita el apoyo de ERC [7], de Bildu [6] y al menos 2 de los 7 que controla @KRLS desde la Casa de la República en Waterloo. No le valen las abstenciones.

Una operación de intoxicación ha conseguido que muchos den por descontado que Sánchez cuenta con los votos necesarios. Nada más incierto. Lo que es un hecho, pese a los ciclotímicos, es que tras las consultas el Rey tendrá un candidato: Feijóo le comunicará el apoyo de 171 diputados [172 con Coalición Canaria]. Sánchez insulta, amenaza, pero llevará comprometidos 152. El PNV, que sí acudirá, puede explicitar el apoyo de sus 5 diputados. Son 157 y aquí se acaba lo que el Rey escuchará. El resto es un "vaya usted a saber". A no ser, como sucede en la comunidades de propietarios, que el vecino de turno delegue su voto en el presidente. ¿Delegarán su voto ERC, Bildu y Junts? ¿En quién? Por eso Feijóo debe presentarse a la investidura. Ha ganado las elecciones y tiene el mayor número de apoyos explícitos. ¿Esto le asegura la investidura en la segunda votación? No. Pero las únicas batallas que se pierden son aquellas que no se dan.

Hace unos días, el anterior secretario general de UGT, afanado en los últimos meses de su mandato en el estudio y practica del quietismo, hasta que 21 años después un fular con patas le borró de la foto, reclamaba como algo "saludable para la convivencia" que la expresión ‘Gobierno Frankenstein’ se desterrase del lenguaje político. Su argumento es un sofisma. Viene a sugerir que si los injertos de Otegi y Junqueras en el cuerpo enfermo del PSOE han sido tolerados por el electorado socialista, ya podemos olvidarnos de Rubalcaba, que fue quien acuño el término. Entendamos al bueno del sindicalista jubilado; él lo pide por la "convivencia". Se le unirá Emiliano García-Page que, como siempre, sigue muy preocupado. Mientras, se prepara el rodaje de "La venganza de Frankenstein". Destripe: los miembros injertados, viendo insatisfechas sus ambiciones, descoyuntan el cuerpo de la criatura del doctor Sanchestein.

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