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Izquierda Española

El primer paso para reconstruir una izquierda digna de tal nombre tiene que ser ese, recuperar la bandera de España para su causa.

El primer paso para reconstruir una izquierda digna de tal nombre tiene que ser ese, recuperar la bandera de España para su causa.
Guillermo del Valle, cara visible de Izquierda Española, acaba de publicar 'La izquierda traicionada'. | C.Jordá

A los sucesivos líderes que tuvo el PSOE desde la Transición, empezando por Felipe González, siguiendo por Joaquín Almunia, continuando por Rodríguez Zapatero o Pérez Rubarcaba y acabando ahora por Pedro Sánchez, les pasó lo mismo que a José María Aznar con el catalán: todos, sin excepción, fueron liberales en la intimidad. Y sólo por eso ya habría valido la pena fundar Izquierda Española, el nuevo partido de la rebeldía disidente y comunitarista que encabeza Guillermo del Valle. No se olvide al respecto que el célebre Consenso de Washington, la genuina biblia programática de la ortodoxia que predica el establishment en todas partes, fue en su día tan producto de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher como de Tony Blair y Felipe González.

A fin de cuentas, los socialdemócratas de la Tercera Vía son tan culpables como el resto del crecimiento obsceno de la desigualdad que asola Occidente desde la década de los ochenta. Izquierda Española se presenta en sociedad con un primer objetivo urgente, el de liberar al campo progresista de la colonización ideológica a que lo somete hoy la hegemonía cultural que ejerce el revisionismo histórico de los indigenismos catalán y vasco. Un dócil sometimiento que ha empujado a la izquierda dominante a la más miope, estúpida y suicida de las renuncias: regalar la idea de España a la derecha. Por supuesto, el primer paso para reconstruir una izquierda digna de tal nombre tiene que ser ese, recuperar la bandera de España para su causa. Sin miedo y sin pedir perdón, huelga decir.

Eso, sin duda, constituirá lo perentorio. Pero tiene que haber más, mucho más. Izquierda Española no puede acabar como UPyD o Ciudadanos, siglas oportunistas creadas sobre el más absoluto vacío ideológico y que predicaban un centrismo amorfo y paniaguado, naderías indistinguibles en esencia de la tecnocracia gerencial que retrata al Partido Popular. Izquierda Española será radical o no será. Porque la derecha se puede conformar con los contables honrados que saben llevar las cuentas con orden y cuadrar los balances con pulcritud. Pero la izquierda necesita soñar. Eso, como lo de la bandera, también es urgente. Y ya sé, me diréis que son cuatro gatos. Pero entonces yo os recordaré que los Apóstoles solo eran doce (y uno trabajaba para el enemigo). Bienvenida la esperanza.

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