
Años de experiencia me han demostrado que incluso con los hechos en la mano y las pruebas encima de la mesa, el o la que piensa que la tierra es plana, por ejemplo, va a seguir diciendo que lo es independientemente de lo que le digan. Sobre todo porque para mucha gente ocultar la verdad o mentir para no perder su relato es aún más importante que el hecho de contar la verdad. Aún así me veo en la obligación de, por lo menos desde la parte que me toca, decir la verdad y la realidad ya que tengo libertad de opinión y análisis.
En la noche de ayer se acusa al Atlético de Madrid de robar al Granada. Una acusación que como se pueden imaginar viene de la sartén al cazo. Es como si alguien de la Isla de las Tentaciones denuncia que la fidelidad se está perdiendo en esta nuestra juventud. Se habla primero de fuera de juego en el gol de Álvaro Morata. Da igual que las líneas trazadas por el VAR digan lo contrario y se vea la rodilla del jugador del Granada por delante de la de Morata. Eso da igual. Ellos te plantan el ángulo que les interesa, obvian la rodilla y a las rotativas. Porque siempre aparece alguien que hace sus propios dibujos y tira las líneas a su manera. El más gracioso que he visto atravesaba la rodilla del jugador del Granada de tal forma que me da miedo que el chaval esté lesionado por incrustarle la línea de esa forma tan evidente.
Pero lo que me parece más insultante hacia el público en general es ocultar información. Reglas, para ser más concreto. Según el reglamento, no es infracción si la pelota "proviene directamente de la cabeza o el cuerpo del propio jugador" o "si juega el balón intencionadamente y le golpea su propio brazo". Esto lo dice literalmente el reglamento. Por lo tanto, la mano de Giménez no es penalti. Pero claro, la verdad fastidia el relato. Igual que lo fastidia que el que hubiese sido el 0-2 de Saúl sea un dudoso fuera de juego. Porque ya saben, en vez de aceptar ambas líneas como en tenis se acepta el ojo de halcón, los analistas objetivos de este nuestro fútbol no creen las líneas en el gol de Morata que subió al marcador, pero sí se creen las líneas en el gol anulado a Saúl. ¡Qué casualidad! El gol legal no les vale. El gol anulado, sí. Casualidades de la vida. Además, obvian otra mano de Neva que era penalti a favor del Atlético.
Así funciona esto. El Atlético hizo un partido correcto en Granada y se llevó el encuentro. No hay más historia. Aún así, Augusto Batalla, el portero del equipo local vio el cielo abierto con la acción de Giménez y usó casi el mismo discurso del Almería ante el Real Madrid con el Granada-Atlético de Madrid. Comparar ambos partidos es extraño y que encima lo haga el portero del equipo andaluz con una distorsión total del encuentro, ya me parece de traca. Para Batalla, el Granada mereció ganar porque tuvo al Atlético siempre controlado. Lo tuvo ‘tan controlado’ que el Atlético tiró 5 veces a portería por las dos del Granada. Incluyendo un balón al poste de Griezmann. Te firmo que el Atlético sea siempre tan controlado con esos datos, señor Batalla.
En fin, desgastarse más con esto es absurdo. Da igual las pruebas que se pongan sobre la mesa. El que ve la tierra plana la ve plana. Eso sí, me gustaría destacar dos cosas por encima de toda esta nube tóxica. La primera que sigue siendo muy preocupante que el plan B del Atlético solo sea capaz de aguantar un 0-0 hasta que salen los titulares. Y la segunda, que Morata, Griezmann, De Paul y Lino son a día de hoy medio Atlético de Madrid. El primero sigue callando bocas, el segundo da juego hasta dormido, el tercero ha subido su nivel varios puntos y Lino es el ejemplo perfecto de lo que cholismo demanda, es decir, matarse a correr sea o no sea tu día en lo futbolístico. Conclusión: el plan A funciona, pero el plan B me aterra.
