
El PSC ha ganado claramente las elecciones en Cataluña. Está por ver si esta victoria socialista beneficiará o perjudicará a Pedro Sánchez. El cambio de ciclo en Cataluña puede implicar un cambio de ciclo en España también.
Aunque haya superado con creces a ERC, Puigdemont no volverá a ser President (salvo si pacta con el PSC). Su apoyo al Gobierno de Sánchez no le ha dado lo que de verdad quería: volver a Cataluña como President.
¿Qué aliciente tiene Puigdemont para seguir apoyando el Gobierno de Sánchez? Ninguno. Ya no puede hablar en nombre de Cataluña. ¿Cómo podría pedir ahora, por ejemplo, un traspaso de las competencias de inmigración a Cataluña cuando no las gestionaría él mismo?
¿Y en qué situación se queda ERC? Su leal apoyo a Sánchez —además de su mala gestión de la Generalitat— le han costado casi 200.000 votos. Aunque apoye un Gobierno del PSC en Cataluña (cosa que está por ver), buscará distanciarse de Sánchez. ERC ya ha anunciado que se va a la oposición en Cataluña; veremos si esto implica ejercer una oposición verdadera también en el Congreso español.
Además, como ha trasladado Puigdemont en su comparecencia postelectoral, la derrota del independentismo se explica por su división. Le ha lanzado un abrazo del oso a ERC. Necesitan estar unidos. Unidos contra el PSC, se entiende. ¿Se puede estar en contra de los socialistas en Cataluña, pero a favor de su Gobierno en España?
Por otro lado, hay un claro movimiento del electorado a la derecha. ERC, Sumar y CUP bajan 20 escaños, una cifra no compensada por la subida de 9 escaños del PSC. A la derecha, el PP ha quintuplicado su resultado. Aumenta en 12 escaños. Pasa de octavo a cuarto. Es el partido que más escaños sube.
Es posible que Sánchez presione para que PSC pacte con Junts. Esto sería una burla a los catalanes. Sánchez no puede hundir a Cataluña para salvarse él.
Y es posible que surja un bloqueo político que fuerce a una repetición electoral en Cataluña. Esto bloquearía igualmente al Congreso español. Si la primera convocatoria electoral catalana enterró los Presupuestos Generales de 2024, los segundos enterrarían los de 2025.
Por último, más allá de lo que diga el PSOE, estos resultados no avalan la amnistía; castigan a los que dijeron que lo "volverían a hacer". Cataluña castiga a quienes han destrozado sus servicios públicos, en particular su seguridad, educación y la gestión del agua. Las elecciones para juzgar la amnistía serán aquellas en la que voten todos los españoles, es decir, las próximas europeas.
