Reservo el mayor de mis desprecios no a quienes son de izquierdas, que de todo hay en la viña del señor, sino a los progres, a quienes defino como aquellas personas con evidentes carencias morales que sustituyen el esfuerzo de mejorar por su adscripción ideológica. Un progre se considera a sí mismo una buena persona porque es de izquierdas y ve a los demás bajo el mismo prisma. Convierte su ideología en una bula que le exime de un comportamiento ético y de ver a quienes no comparten sus prejuicios como personas reales y no como villanos caricaturizados.
Un ejemplo paradigmático de progre es el showman de la sección de cocina de El País, el Comidista. Mikel López Iturriaga ha contestado en X a la candidata del PP Dolors Montserrat por criticar la política económica socialista recordando que hay medio millón de niños que no comen carne o pescado al menos una vez cada dos días. ¿La respuesta del pijo progre? Pues que la asociación yanqui de dietistas nos informa de que "las dietas vegetarianas, bien planificadas, son apropiadas para la infancia, y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención de ciertas enfermedades".
Pasemos por alto la discutible afirmación de que una persona normal es capaz de planificar lo suficientemente bien y tener los recursos suficientes como para que sus hijos sean vegetarianos y no tengan problemas de salud y desarrollo derivados de su dieta, algo que decenas de instituciones han señalado como razón para desaconsejarla, incluyendo la Asociación Española de Pediatría. No, lo interesante aquí es que frente a la realidad de que bajo su Gobierno muy progresista y mucho de izquierda ha aumentado la pobreza, y en concreto la pobreza infantil, la respuesta de Iturriaga no sea intentar matizar o relativizar esos datos, sino desviar la atención hacia una de las campañitas preferidas de la progresía: la promoción del vegetarianismo y el veganismo.
El INE mide la pobreza real, no la desigualdad, bajo el término "privación social y material severa" (PMSS), que alcanzó el 9% el año pasado, la cifra más alta de la serie histórica. La de los menores de edad, tras llegar al mínimo histórico del 10,2% en 2017, último año completo del Gobierno del PP, ha aumentado hasta el 12,8% del año pasado. Entre los indicadores de pobreza que se estudian para conformar esta tasa se encuentra el no comer carne o pescado, pero no porque los padres sean vegetarianos pijiprogres, sino porque "no se pueden permitir" comer carne o pescado cada dos días. Un 7% de los menores de 16 años se encuentra en esa situación, la tasa más alta de la serie histórica, que se encontraba en el 3,4% cuando llegó Sánchez llegó al poder.
De la izquierda tradicional de toda la vida se puede decir que no podía estar más equivocada con las recetas que proponía para mejorar la vida de quienes menos tienen, pero que al menos se preocupaba por ellos. La izquierda progre malasañera no disimula que lo que de verdad le interesa son sus causas pijas: el veganismo, los derechos de los toros de lidia, la promoción de la transexualidad, etc. Y que si puede usar a los pobres en su favor los usa, y si no los tira por la papelera. Como acaba de hacer el muy concienciado Iturriaga con los niños que menos tienen, los desfavorecidos, aquellos a los que se supone que la izquierda debería ayudar y que bajo el mandato de Pedro Sánchez no han hecho más que multiplicarse.
Corre entre la izquierda progre la idea de que bueno, que sí, que Bildu serán terroristas sin arrepentir y que ERC y Junts unos golpistas que quieren destruir España, pero que al menos gracias a ellos estamos disfrutando de unas políticas sociales impecables. Recuerdo que cuando empecé a escribir en Libertad Digital, en la segunda legislatura de Aznar, a veces se apoyaban o criticaban medidas por sus resultados. Ya no. Las leyes y decretos de Sánchez se alaban por lo bien que suenan, no porque ayuden de verdad a la gente. Porque a la vista está que no lo hacen, y que cada vez tenemos más pobres en España, que volverán a ser un problema urgente en cuanto la derecha vuelva al poder, si es que lo permiten.