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Financiación singular, privilegio particular

El nacionalismo pone los escaños para seguir extorsionando, y Pedro saquea al Estado para pagar el secuestro al que está sometido.

El nacionalismo pone los escaños para seguir extorsionando, y Pedro saquea al Estado para pagar el secuestro al que está sometido.
Europa Press

¡Vaya novedad! El nacionalismo catalán pide "un rescate singular" para que el secuestrado de la Moncloa siga un rato más en el zulo de la poltrona. ¿O es el gobierno quién lo ofrece? ¡Qué más da! El nacionalismo pone los escaños para seguir extorsionando, y Pedro saquea al Estado para pagar el secuestro al que está sometido. La cosa es sencilla de entender. Es una transacción entre secuestrador y secuestrado. Con una salvedad, ni uno ni otro pagan por sus fechorías. Uno es amnistiado a cambio de votos, y el otro malversa los bienes institucionales y económicos de todos. Los dos salen ganando, España perdiendo. Y los españoles de a pie pagando el derroche (Sublime este vídeo).

¿Dónde está el mal? ¿Dónde está el problema? ¿En el nacionalismo? No, el egoísmo y la extorsión son su naturaleza. El problema está en quien pudiendo impedirlo, lo fomenta. O sea, en Pedro Sánchez. Con el consentimiento del PSOE. Es decir, con cada uno de los Diputados del PSOE que le dan apoyo al gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso. Esos mismos Diputados que alzan la voz al cielo por el trato de favor a "Cataluña", pero no hacen nada para impedirlo.

Ni Puigdemont, ni Junqueras, ni el resto de diputados nacionalistas tendrían capacidad alguna de chantajear al Gobierno de Sánchez si los Diputados del PSOE de Castilla la Mancha, Extremadura, Asturias, Valencia, Andalucía etc., que tan discriminados se sienten por los privilegios otorgados a Cataluña, se plantaran ante Sánchez negándole su apoyo. No digo todos, basta media docena de hombres dignos. Ni eso. Tan a mano, y sin embargo… callados como muertos ante el saqueo.

¿Son los nacionalistas el problema? No, nunca lo han sido. Representan el 6,59 % de todos los españoles (Junts, Bildu, bng, ERC y PNV. 23J). El problema no son los nacionalistas, sino el PSOE y el PP, o el PP y el PSOE (64,68%), como prefieran, que tradicionalmente han priorizado sus intereses de partido al bien de la nación.

La solución es sencilla. O bien, los dos partidos mayoritarios acuerdan un pacto general sobre los grandes problemas de Estado, permitiendo gobernar al ganador de las elecciones; o bien los diputados del PSOE de Extremadura, Galicia, Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla y León o de cualquiera otra autonomía de España se plantan y chantajean al cuatrero de la Moncloa con los intereses de su comunidad. Exactamente como hacen los nacionalistas. Una manera muy sencilla de neutralizar a los chantajistas. Aplíquese el argumento si fuere el PP quien estuviera en el lugar del PSOE y su gobierno actuase como éste.

Me atrevo a sugerir evidencias tan diáfanas, no por ser ingeniosas, sino porque estamos tomando como chantajes apocalípticos lo que sólo es fruto de nuestra decadencia como pueblo. Una nación histórica arrodillada ante sus hijos más hostiles, una lengua universal avergonzada de su esplendor, una mayoría electoral aplastante aplastada por una minoría rencorosa (6,59%).

No me digan iluso, descarguen su ira sobre los responsables de esta maldición. Una generación de mercenarios de la cosa pública, que la han reducido a una reyerta infinita entre mafiosos.

Aunque sólo sea como contraste, comparen la ejemplaridad y el respeto a las formas democráticas y a la Constitución del Rey Felipe VI con las de Pedro Sánchez y su Gobierno. No se corten, pueden incluir en la comparación al resto de políticos.

Alguna precisión en tiempos sofrológicos: los impuestos no los pagan los territorios, los pagan las personas. Que no nos hagan trampa, lo mismo paga un rico en Barcelona que uno de Cáceres. El único argumento que la izquierda jamás podrá esgrimir si honra el sentido de su existencia, es que los territorios más ricos conviertan esa ventaja en un privilegio frente a los territorios más vulnerables. Si tal proceder es inadmisible entre ciudadanos con diferente nivel de renta en nombre de la progresividad fiscal ¿por qué habría de serlo entre territorios? ¿Por qué los ciudadanos de Asturias, las Canarias, Aragón, Valencia, Extremadura o Andalucía deberían disponer de hospitales, escuelas, o servicios sociales con menos medios y presupuesto que los de Cataluña? Eso es lo que está pasando en el País Vasco y Navarra en nombre de un privilegio foral. Un gobierno de izquierdas debería eliminar ese privilegio en lugar de extenderlo a Cataluña. Pero la responsabilidad, en última instancia, es de los ciudadanos que prefieren votar a sus caciques ideológicos, en lugar de exigir sus derechos.

"Homo democraticus, fango eres y en fango te convertirás" (Pedro I el Fangoso). Cita apócrifa.

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