Menú

Los sanchólogos se equivocan con Sánchez

Los expertos en "sanchismo", esa definitiva inanidad semántica, se equivocan siempre cuando repiten que sólo es capaz de pensar en el corto plazo.

Los expertos en "sanchismo", esa definitiva inanidad semántica, se equivocan siempre cuando repiten que sólo es capaz de pensar en el corto plazo.
Pedro Sánchez | LD / AGENCIAS

De los siete presidentes del Gobierno que ha conocido la ya no tan joven democracia española, dos, Suárez y González, han pasado a la Historia, con mayúscula. De los otros cinco, hay uno, Calvo Sotelo, que no pudo jugar nunca en esa liga por lo efímero de su mandato. En cuanto a los cuatro restantes, un par, Aznar y Zapatero, hicieron esfuerzos personales muy evidentes y denodados por intentar salir en esa foto, la de la gloria póstuma, pero con resultados más bien mediocres en ambos casos. La Historia los absolverá, aunque por una vía cruel: la del olvido. Por su parte, el de Rajoy constituye un curioso caso aparte.

Probo funcionario que entiende la política como una simple extensión del Derecho Administrativo, Rajoy pasó por la sala de máquinas de la Moncloa poseído del mismo afán prometeico que le debió de suscitar en su momento presidir la Diputación de Pontevedra. El gallego es un estoico en comisión de servicios. Y después, en fin, está Sánchez. Los expertos en "sanchismo", esa definitiva inanidad semántica, se equivocan siempre cuando repiten una y otra vez que el presidente sólo es capaz de pensar en el corto plazo, que su horizonte político no va más allá del permanente maniobrar táctico en la pequeña política del día a día.

Los sanchólogos, que aquí son legión, yerran mucho con su engañoso objeto de estudio, sí. Porque Sánchez resulta ser mucho menos básico y prosaico de lo que pudiera parecer a primera vista. Desde la sanchología canónica se presume que el desiderátum vital de todo un presidente del Gobierno en la cuarta economía del euro se limita a facilitarle un negociete algo cutre a la señora, vía patrocinadores cautivos, amén de colocar al hermano pequeño en una cosa de orquestas en Badajoz. Hay que conocer muy poco las profundidades de la naturaleza humana para pensar así. Sánchez quiere pasar a la Gran Historia de España. Y ese concierto catalán, igual que la reforma del Estatut en el caso de Zapatero, va a ser su forma de intentarlo. Apostará fuerte. Seguro.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal