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Pedro de Tena

A sus órdenes, mi brigada

¿Por qué no hay un departamento de asuntos internos que investigue las irregularidades denunciadas?

¿Por qué no hay un departamento de asuntos internos que investigue las irregularidades denunciadas?
Europa Press

A estas alturas de septiembre, España entera, o casi, se ha enterado de quién es la Brigada de la Guardia Civil, María Teresa Serrano Velázquez, una mujer de la sexta promoción femenina de la Benemérita que ha decidido pelear contra la invasión que el Cuerpo, con el favor de altos mandos militares y políticos, sufre de corruptos, miserables, rateros y presuntos delincuentes. Muchos pensamos que es el ataque al prestigio de la Guardia Civil una de las tácticas en marcha para acabar con ella.

No era sencillo ni cómodo ni prometedor para su carrera, como no lo fue para otras mujeres que se rebelaron contra la injusticia y la indignidad. Ahí tienen las que se alzaron contra otra clase de invasión, más evidente, Agustina la "artillera" de Aragón, Clara del Rey, Manuela Malasaña o, más recientemente, Mercedes Alaya que, por cierto, inició su instrucción decisiva en Mercasevilla. No es ninguna exageración. Los tiempos y los medios son diferentes aunque la entereza y dignidad son las mismas.

Otra vez Mercasevilla, donde empezó el caso ERE, la empresa pública que regula y vigila el tráfico de mercancías, la misma entidad donde se produjeron las primeras denuncias de esta suboficial. ¿Cómo es posible que la misma suboficial del equipo de investigación del Eprona-Seprona, propuesta a finales de 2013 para ser condecorada con la Cruz de la Orden del Mérito Militar del Cuerpo de la Guardia Civil con Distintivo Blanco por su ejemplar comportamiento y felicitada en varias ocasiones por el entonces Coronel Fernando Mora Moret, se haya convertido en alguien a eliminar de la Guardia Civil como sea y en cuanto se pueda? ¿Y por qué ninguna instancia civil, ni la Junta ni otras, investigan sus denuncias?

No deja de ser llamativo que el señor Mora Moret, luego general de División, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil y ahora recién nombrado, muy extrañamente, nuevo mando de la primera zona de la Guardia Civil, que corresponde a la Comunidad de Madrid, haga posible con su nombramiento que el coronel Pérez de los Cobos, represaliado por el ministro Marlaska por negarse a darle información judicial reservada, no asuma ese cargo interinamente. De su ascenso a general, ganado a pulso, nada de nada.

El señor Mora Moret fue, precisamente, quien, tras las primeras denuncias de la Brigada Serrano señalando con claridad y pruebas fehacientes a un cabo 1º subordinado suyo, Enrique Castillo Martínez como cómplice de hecho de la comercialización ilícita de productos pesqueros en Mercasevilla. Es más, era él mismo quien elaboraba los recursos que permitían a las empresas implicadas librarse de las multas y sanciones, un entramado de muchos millones de euros. Todas estas denuncias decayeron, por unas u otras razones, en la Comandancia de Sevilla que regía Mora Moret.

Aunque la investigación de la suboficial no se limitaba a los peces ilícitos sino que se extendía a otras empresas de reciclaje de aceites vegetales (en otras Comunidades se investigaba la comercialización de atún rojo ilegal ), el recién nombrado Mora Moret se permitió, ante testigos, no sólo insultar, amenazar, vociferar, espetarle que no encajaba en el Cuerpo y otras lindezas. "Riña paternal", fue considerada aquella primera hostilidad por cumplir su deber de investigar la corrupción.

Luego fue a más, promovió un cambio de su destino y finalmente le atribuyó acusaciones falsas llevándola a juicio con petición de un año de cárcel, juicio suspendido sine die ante la revelación pública de la brigada. Ya en 2018 María Teresa Serrano sufrió el precinto de su vivienda cuando sabían que estaba volviendo de Bruselas tras participar activamente en la confección de la Directiva Europea de protección de denunciantes de corrupción. Tuvo que volver a irse a casa de su madre sin poder acceder a recoger sus objetos personales.

La brigada Serrano acogiéndose a la Ley 2/2023 de 20 de febrero, reguladora de la protección de las personas que informen sobre infracciones normativas y de lucha contra la corrupción" puso a disposición de todos los españoles el pasado día 28 de agosto una revelación pública de todos los detalles de sus denuncias y las consecuencias personales que han tenido para ella. La revelación, que obtuvo gran expectación mediática y el apoyo de casi todas las asociaciones profesionales de la Guardia Civil, visiblemente de la Asociación Unificada de la GC, y Policía Nacional, impide legalmente las represalias sobre su persona.

Aquella chiquilla de 18 años, que entró ilusionada a servir a España y a combatir el delito, se dé donde se dé, entera, profesional y animosa hasta ser felicitada y propuesta para la Cruz al Mérito del Cuerpo, se pregunta ahora, como todos nos lo preguntamos, ¿qué es lo que está pasando en la Guardia Civil de forma que hay corruptos que quedan impunes y los superiores que miran para otro lado o los amparan ascienden sin parar? ¿Por qué no hay un departamento de asuntos internos que investigue las irregularidades denunciadas?

Yo, poco amante de las disciplinas, en el caso de la valerosa María Teresa Serrano Velázquez, sólo quiero expresarle con gratitud ciudadana: "A sus órdenes, mi Brigada".

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