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El mundo en guerra

Estamos más cerca que nunca desde 1945 de una conflagración de una escala desconocida.

Estamos más cerca que nunca desde 1945 de una conflagración de una escala desconocida.
Iraníes celebran el ataque sobre Israel con fotografías de su líder Hassan Nasrallah | EFE

Esta noche, Irán ha atacado con más de 200 misiles balísticos a Israel, en la hora punta al regreso de los trabajos y en diferentes ciudades y zonas urbanas de Israel. El objetivo del ataque excede de lo que vimos en el mes de abril y tenía un claro objetivo: producir el mayor daño posible en vidas humanas con un ataque masivo pero limitado en el tiempo, aunque no podemos descartar que se produzcan nuevos ataques a primera hora o en los próximos días.

Esta mañana, los servicios de inteligencia norteamericanos, gracias a los satélites de observación que tiene plena conciencia del mapa iraní, pudieron observar cómo los misiles eran preparados con el combustible y armados, por lo que Israel tuvo tiempo suficiente de preparar todos sus distintos niveles de defensa que han funcionado con gran eficacia. Esta capacidad militar no minimiza la importancia del ataque ni reduce sus consecuencias, y demuestra claramente porqué Israel necesita el apoyo de Estados Unidos y de Europa.

Un 90% de los misiles lanzados que han recorrido más de mil kilómetros han sido interceptados, lo que claramente demuestra la gran capacidad que Israel ha desarrollado para proteger su territorio, aunque es muy posible que necesite la urgente reposición de material que a estas horas debe estar siendo embarcado desde las bases europeas y del Golfo, donde Estados Unidos dispone de una enorme capacidad militar. Esta enorme superioridad tecnológica será su principal arma en su inminente respuesta.

Este ataque hay que interpretarlo en el marco de todas las acciones que se han venido desarrollando desde que Irán y sus aliados, Hamás y Hezbolá, lanzaron la guerra contra Israel, el pasado octubre con el ataque cobarde y atroz en el sur del país, perfectamente planeado por Teherán meses atrás.

Desde este momento, Israel ha debido defenderse de la amenaza de Hamás que no era nueva, pero que gracias a la gigantesca ayuda militar de Irán, se ha multiplicado en capacidad en los últimos años, con un solo objetivo común, enviar a los judíos a los crematorios, una vez más, como aplaudía el gran Mufti de Jerusalén durante el genocidio y algunos personajillos que recordar no quiero. Los exitosos ataques selectivos de Israel contra las organizaciones terroristas han resultado tremendamente eficaces y habían puesto en cuestión el liderazgo iraní sobre su satélites en la región, y esta respuesta resultaba previsible y casi deseada por Israel.

Irán tenía dos opciones: bien un ataque de baja intensidad para no defraudar a los que luchan por ellos en los distintos frentes y evitar una respuesta militar, u optar por un ataque de una intensidad suficiente como para producir un gran daño, provocando la respuesta masiva de Israel que provoque la intervención de Rusia y China en el conflicto. La internacionalización de la guerra es la única arma que tiene Irán y la utilizará.

Las autoridades iraníes han advertido a Israel de que una respuesta tendrá serias consecuencias, y a pesar de la poderosa inteligencia que existe sobre el país, no podemos asegurar a ciencia cierta y en función de los acuerdos secretos que han suscrito Rusia e Irán de que esta no disponga ya de capacidad nuclear para ser instalada en un misil balístico de medio alcance como los que esta noche han alcanzado Israel. Estamos más cerca que nunca desde 1945 de una conflagración de una escala desconocida, y con esta variable los gobiernos deben actuar.

Es importante señalar que en la defensa de Israel, esta noche, han colaborado activamente tanto las fuerzas norteamericanas como las de Jordania y la inteligencia saudí que han permitido también una alerta temprana y la intercepción de un buen número de misiles, lo que muestra que las intenciones de Irán van mucho más allá de destruir Israel y así lo entienden los países árabes moderados.

No cabe ninguna duda de que Israel debe y va a responder a este ataque. Ahora mismo esta respuesta es mucho más importante y necesaria de lo que pudiera trascender de los acontecimientos que hemos vivido recientemente.

Oriente Medio y Occidente no pueden permitir la permanencia de un estado agresor que lleva años buscando una arma nuclear y su capacidad de despliegue, que suministra constantemente drones y otras armas a Rusia para el ataque indiscriminado contra la población civil de Ucrania, que ha venido obstaculizando toda la actividad comercial naval de la región, y enviando células terroristas a toda la zona para desestabilizar los regímenes sunitas.

Israel no puede hacerlo solo, y si pudiera, tampoco debería. Corresponde a la comunidad internacional colaborar activamente en una respuesta medida y precisa que debe pasar por la eliminación de toda la capacidad nuclear, de todas las instalaciones industriales militares y las bases de lanzamiento de misiles, su capacidad de mando y control y radares. Irán no puede permanecer con estas capacidades activas por más tiempo ya que no tardará en ser una potencia nuclear que utilizará en coordinación con sus socios para dictar el curso del mundo. El tiempo se agota para evitarlo.

En estos momentos en los que un estado democrático, occidental, es agredido por un país autoritario con una clara vocación terrorista y agresora, solo nos cabe estar del lado del agredido y debemos colaborar activamente para que el agresor sufra las consecuencias de su acción. Esto no va solo de Palestina, ni de Israel; Irán con sus alianzas se ha convertido en un peligro para la estabilidad mundial y no queda más alternativa para conseguir la paz y la seguridad que la desaparición de su capacidad militar.

Durante todos estos años, las posibilidades de una paz siempre fueron muy lejanas porque una de las partes solo buscaba la destrucción, la guerra y el genocidio y esto explica que Israel haya debido actuar sola de forma unilateral para defenderse de esta gran alianza del mal, pero el tiempo de estar solos debe terminar. La paz y la seguridad de la región dependen de que la comunidad internacional que se opone a esta constante intromisión y agresión iraní actúe de forma decidida. Europa no puede ponerse de perfil ante esta situación ya que está directamente amenazada por los misiles balísticos iraníes, algunos de los cuales tendrían capacidad para llegar a nuestras fronteras.

Debemos asimismo entender que Rusia, aliada con Irán y con China, está ahora mismo en una agresión en múltiples frentes: en el Sahel, en Ucrania, con constantes violaciones de las derechos territoriales de muchos países asiáticos y ahora atacando a Israel. Nada de esto ocurre por azar, todo obedece a una estrategia coordinada para reducir la capacidad de influencia política y económica de Occidente. Además, no les faltan aliados en las democracias, en aquellas naciones que ven en regímenes autoritarios, nacionalistas, ultraconservadores una opción política válida. No les faltan candidatos y políticos en Occidente que en la búsqueda de una paz de la vergüenza, estarían dispuestos a negociar con terroristas o con gobiernos agresores, simplemente para no asumir el compromiso ético que deberíamos tener de defender los valores democráticos.

Corresponde a la comunidad internacional, en estos momentos, colaborar activamente con Israel para eliminar la amenaza iraní y acabar con un régimen de terror que es responsable de la muerte de decenas de miles de personas en la región y que mantiene a la mayoría de su población en unos términos de opresión impropios del siglo XXI. La paz siempre es posible, pero solo cuando alguien entiende que tiene más que ganar con ella que con la agresión, e Irán no está todavía en esta fase.

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