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2025, una oportunidad

¿No es momento, señora ministra, de desmontar la falacia contable del mundo laboral originada en su ministerio?

¿No es momento, señora ministra, de desmontar la falacia contable del mundo laboral originada en su ministerio?
Yolanda Díaz. | LD/Agencias

Desde hace algún tiempo, venimos contemplando atónitos –lo de atónitos es porque no estamos acostumbrados a una polémica entre ministros del gobierno de Sánchez—. Digo que no estamos acostumbrados, pues, lo habitual, es la pleitesía a la verdad oficial, sin límites.

Esta vez hemos visto algo diferente; llevando la controversia, sin regateos y sin que nada pasase, pues el señor presidente no ha cesado a alguno de ellos, o a los dos a la vez. A mí me ha parecido bien la discrepancia entre el ministro de Economía, Comercio y Empresa, y la ministra de Trabajo y Economía Social. Los perfiles profesionales de ambos son fundamento sobrado para su polémica. Pero que, no estábamos acostumbrados.

En esta atmósfera, caben reacciones de todas las clases; la mía personal, la veo como una oportunidad para que, la señora ministra, salga de un atolladero, que la envuelve demasiado tiempo.

De hecho, no tengo por qué ocultar mi perplejidad cuando, abusando de la publicidad de los grandes fastos, se nos mostró a la señora Díaz, firmando un acuerdo con los secretarios de UGT y de CCOO, estableciendo el texto normativo de la reducción de jornada laboral; incluso se dijo, para que lo aprobase el Consejo de Ministros, previo a su presentación al Congreso.

Tampoco allí pareció sentirse mal el presidente del Gobierno, por lo que aprendí que, mi valoración de los hechos políticos era desmedidamente errónea.

Mi opinión, que habitualmente intenta analizar los efectos económicos, sigo pensando que la ministra Díaz debería considerar que sus pretensiones en política laboral, deberían tomar en consideración los efectos de una norma, incentivadores o desincentivadores, sobre la oferta y demanda de trabajo, en la sociedad española.

Lo que me cuesta mucho de aceptar es que los que pretendemos analizar la marcha de la economía española, no podamos utilizar las estadísticas de paro ni de empleo, porque no son reconocidas en la Comunidad Europea, por una falta de identidad conceptual, en los términos parados (desempleados) u ocupados(desocupados), establecidos por la oficina estadística de la CE –EUROSTAT– que todos utilizamos, para poder comparar economías de la UE.

Considerar ocupados a los fijos discontinuos parados, a la vez que contabilizar las altas múltiples y simultáneas en la seguridad social de un trabajador, consecuencia de sus varios empleos parciales y simultáneos (pluriempleo), frecuentes en los momentos presentes, lleva a sesgos estadísticos inaceptables.

La Seguridad Social estima que las personas con más de un empleo en España superan las 870.000. Bruselas estima que los fijos discontinuos deben oscilar en casi un millón de trabajadores, trabajando o parados. Tan así que, si denomináramos las cosas por su propio nombre, deberíamos admitir que, el número de parados, a final de 2024, estará muy próximo a los cuatro millones de trabajadores. ¿O es que la precariedad, se ha convertido en la aliada del trabajador?

¿No es momento, señora ministra, de desmontar la falacia contable del mundo laboral originada en su ministerio? Nos ayudará mucho a todos, y no nos tendremos que avergonzar, cuando nos reunamos en seminarios y congresos, ante colegas de nuestro entorno. ¡Piénselo!

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