Negocios. Los separatistas han vuelto a los negocios. El próximo mes de noviembre está previsto en la Audiencia Nacional el juicio a los Pujol, el clan de los cascabeles de la corrupción política. Han pasado tantos años que la gente ya ni se acuerda de que el propio Pujol confesó que tenía una fortuna escondida fuera de España. Y confesó ese delito para desviar la atención de los marrones de su esposa, ya difunta, e hijos, una forma mafiosa de hacer negocios en nombre de la patria catalana.
Todos los partidos han absuelto ya al patriarca del nacionalismo catalán. Y a sus más de 93 años no es previsible que vaya a ingresar en prisión. En teoría, la ley de la amnistía no cubre a los Pujol. En la práctica, se les considera "víctimas" del proceso independentista. Sin el procés puede que los Pujol hubiesen seguido a lo suyo sin problemas.
El caso es que no les va mal y que a Jordi Pujol no paran de hacerle homenajes en la Cataluña de la Camorra separatista, besándole literalmente el anillo y celebrando los sermones y admoniciones de un corrupto confeso, alias "El 3%". Hay nostalgia del pujolismo, de trincar. Sin renunciar a la independencia, claro. Pero mientras tanto...
Es lo que explica determinados nombramientos de insignes independentistas en consejos de administración de sociedades tan españolas como la Radio Televisión Española, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, la Comisión Nacional de Mercados y Competencia y la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, Renfe. Gente de Puigdemont dedicada durante los últimos años a conspirar contra la unidad de España con una extraordinaria dedicación cobra ahora del tan denostado Estado sin que tal cosa les suponga la más mínima contradicción. Al contrario.
Miquel Calçada, un tipo que se hace llamar Mikimoto desde sus tiempos de pinchadiscos en TV3, es el representante de Junts en el consejo de administración de RTVE. Por parte de ERC, Sergi Sol, el jefe de prensa de Junqueras durante los años duros. En la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, Pere Soler, director general de los Mossos cuando el golpe de Estado. En Aena, Ramon Tremosa, un independentista feroz que odia a España con toda su alma.
Y la última, un economista de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) al consejo de administración de la Renfe. Eduard Gràcia se llama el afortunado, el gran teórico del agravio ferroviario, otro hombre de Puigdemont que pasa de convocar protestas por el mal funcionamiento de Renfe en Cataluña a ingresar en la gran empresa pública española. En enero andaba impartiendo doctrina contra España a grupos de "resistentes" de la ANC. Ahora está a punto de entrar en la Renfe. Apoteósica carambola. Palabra de La Vanguardia.
El mismo medio lleva tiempo avisando de que el sector negocios de Convergencia está de vuelta para hacerle la competencia al sector negocios del PSC. David Madí, el típico fachenda catalán, exasesor de Mas, de familia millonaria y miembro del "estado mayor" del Proceso, es el introductor de embajadores en el foro. Y Antoni Castellà, su hombre y el de Puigdemont para representar los intereses del empresariado catalán en Madrid. Castellà. Ya lo irán conociendo. Uno de Unió. Tras la extinción, fundó su propio partido, Demócratas de Cataluña, para asociarlo primero a ERC y luego a Junts. Preboste del Consejo de la República. Sale en casi todas las fotos de la asonada. Le llaman El Puma del independentismo porque lleva el mismo peinado que José Luis Rodríguez, el cantante, en sus buenos tiempos.
Son peligrosos. Carecen por completo de vergüenza. Y de escrúpulos. Tras haber organizado el proceso separatista que destrozó Cataluña han decidido trasladar sus actividades a la capital de España. Cuidado con las carteras. Alerta, "pickpockets" en los vagones.