Segundo a segundo, minuto a minuto, retransmisión a retransmisión, José Ángel de la Casa ha sido, es y será la eterna voz del deporte en España. Su voz se ha silenciado este 5 de mayo de 2025, pero jamás se apagará del todo porque las grandes voces siempre perduran en el tiempo. Has perdido maldito Parkinson, nunca tuviste ni una sola opción de ganarle, porque la voz de José Ángel ya era eterna antes de que tú llegases y suena aún más contundente hoy aunque nos haya dejado.
En momentos así siempre he pensado que entre el dolor y la pena lo mejor es acordarse de los buenos tiempos con las personas como José Ángel. ¡Qué bueno eras Tofo! Uno de los grandes señores de la televisión española cuando le ponían un micrófono en la mano y a la vez el José Ángel cercano y alegre que recorría las calles de su pueblo, Los Cerralbos, sin sentirse jamás más importante que nadie. En TVE, Don José Ángel de la Casa. En su casa, el Tofo.
De pequeño escuchaba la voz de José Ángel y me parecía inalcanzable. Como esos actores del Hollywood clásico que de forma elegante y sosegada eran capaces de hipnotizarte con una frase tranquila y serena. José Ángel no necesitaba gritar para que se le escuchase. José Ángel era la tranquilidad dentro de la pasión del deporte. El capitán del barco que sujeta firme el timón con el pulso tranquilo cuando las olas del espectáculo deportivo agitaban la retransmisión.
Siempre defenderé su estilo. Siempre. El saber estar de un periodista que jamás quiso ser más importante que lo que estaba pasando. Un narrador que te acompañaba sin querer incomodarte. Un narrador que solo quería contarte lo que estaba pasando sin hacerte perder la atención del espectáculo que habías ido a ver. Él sabía que tú, el espectador, no había puesto la tele para escucharle a él sino para ver a tu equipo y por esa razón respetaba el deporte como nadie. Eso sí, José Ángel no era de hielo. Su famoso gallo con el gol de Señor en el 12-1 a Malta demostró, aunque no hacía falta, que por dentro le latía el corazón con la misma pasión que la de los aficionados, pero como he dicho antes, cuando el técnico de sonido le ponía el micrófono en la mano, Tofo pasaba a ser Don José Ángel de la Casa, un galán tranquilo.
Siempre recordaremos la voz de José Ángel. Lo que simbolizó. Lo que nos dio a todos y cada uno de los periodistas que tuvimos la suerte de estar cerca de él. Y si me lo permiten quiero mandar un abrazo enorme a mi padre porque la voz de José Ángel necesitaba un técnico de sonido que la cuidase y eso los unirá para siempre. Gracias José Ángel por poner voz a la vida de muchísimas personas y por permitirnos tener la nuestra propia en este mundo del periodismo. Te queremos Tofo. Jamás te olvidaremos.