Menú

14.000 bebés

Los medios cambian "niños" por "bebés", un año por 48 horas y "desnutrición" por "muerte" para fabricar la calumnia perfecta.

Los medios cambian "niños" por "bebés", un año por 48 horas y "desnutrición" por "muerte" para fabricar la calumnia perfecta.
Palestinians chant anti-Hamas slogans as they rally to demand an end to the ongoing Israel-Hamas war, in Beit Lahia, northern Gaza Strip, 26 March 2025. More than 50,000 Palestinians and over 1,400 Israelis have been killed, according to the Palestinian Health Ministry and the Israel Defense Forces (IDF), since Hamas militants launched an attack against Israel from the Gaza Strip on 07 October 2023, and the Israeli operations in Gaza and the West Bank which followed it. (Protestas) EFE/EPA/HAITHAM IMAD | EFE

Esta semana, una declaración del jefe de ayuda humanitaria de la ONU a la BBC provocó una ola mundial de indignación: "14.000 bebés palestinos morirán en las próximas 48 horas si no llega ayuda humanitaria". The New York Times, NBC News, TIME, The Guardian, ABC News, The Independent…, medios supuestamente fiables publicaron este grotesco y fácilmente refutable bulo. Evidentemente, si fuera cierto, Netanyahu estaría condenado por siempre jamás al lado de Hitler, Stalin, Mao y Pol Pot. En realidad, de la BBC al New York Times son los que están al lado de Pravda y Granma.

Es cierto que hay un informe de la ONU en el que se advierte que 14.000 niños de Gaza podrían sufrir desnutrición aguda entre abril de 2025 y marzo de 2026. Pero los medios cambian "niños" por "bebés", un año por 48 horas y "desnutrición" por "muerte" para fabricar la calumnia perfecta. E se non è vero, ben trovato. Total, son judíos y a estas alturas están acostumbrados a que se les acuse de beber sangre de bebés, matar a Cristo y controlar Wall Street y el Real Madrid.

La cifra era tan impactante como falsa, pero predominó lo primero sobre lo segundo. Sin pruebas verificables ni explicación sobre su origen, pero con una carga emocional que haría subir exponencialmente las visitas en los medios digitales, fue suficiente para viralizarse en redes y titulares. Era prácticamente imposible no imaginarse a miles de bebés palestinos siendo estrangulados en sus cunitas por horribles soldados sionistas con una pinta a medio camino entre Shylock, Bob Dylan y Netanyahu. La noticia era evidentemente falsa pero aparecía verosímil al antisemita típico, ¿de dónde provenía y, sobre todo, por qué tanta gente se lanzó a creerla? Ahí es donde intervienen los prejuicios y sesgos. En este caso, Israel ha sido condenada a priori por los antijudíos de todos los partidos (travestidos ahora en antisionistas portadores de pancartas "free for Palestine"), por lo cual cualquier cosa que contribuya a la acusación delirante de genocidio será creída con esa misma mezcla de ingenuidad e infamia que es la seña de identidad del alma bella.

Este caso es un ejemplo paradigmático de cómo las imágenes y narrativas emocionales, desprovistas de contexto y verificación, se convierten en herramientas de manipulación en tiempos de conflictos erizados de aristas como el israelí-palestino. No hace falta ser un experto en Orwell, Didi-Huberman y Arendt para comprender cómo esta "noticia" ilustra el poder de las imágenes para moldear percepciones, el sesgo en la selección de víctimas y la instrumentalización del relato por medios populistas, que transforman la empatía en postureo y el amor por una causa en odio hacia otra.

Georges Didi-Huberman, en Imágenes pese a todo, sostiene que toda imagen es una versión de lo real, pero no necesariamente una mentira. El filósofo francés explica que las imágenes, al ser seleccionadas y presentadas, adquieren significados específicos según el contexto en que se disponen. En el caso de los 14.000 bebés, no hicieron falta imágenes explícitas de niños sufriendo; la sola mención de "bebés" en peligro evocó instantáneamente una carga emocional universal. La palabra "bebé" es una imagen mental que despierta empatía inmediata, pero sin mil palabras que expliquen la situación, la imagen se convierte en un espectro manipulable en un montaje emocional.

Las imágenes (o su evocación verbal) no son neutras: su disposición y omisión de matices manipulan la percepción del espectador, llevándolo a una reacción visceral antes que reflexiva. En este caso, la falta de contexto es deliberada. La cifra de 14.000 no fue respaldada por pruebas, sin embargo, la imagen de bebés en peligro, amplificada por medios y redes sociales, se convirtió en una herramienta para reforzar una narrativa específica: la de Israel como agresor eterno y los palestinos como víctimas absolutas. Esto no implica que no haya sufrimiento real en Gaza, pero la ausencia de matices –el tertuliano habitual se llena la boca de bebés palestinos en peligro, pero olvida los bebés reales israelíes masacrados de hecho por Hamás– reduce la noticia a un relato simplista que apela a la emoción cruda. Hay quien compara a los israelíes con los nazis y a los palestinos, Hamás incluida, con los judíos del Holocausto: el tirabuzón infame perfecto.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Alta Rentabilidad