Menú

Por favor, robadnos mejor

En este punto concreto del culebrón cualquier persona puede intuir la línea de puntos que va de la Sauna Adán al Peugeot 407 conducido por el imputadísimo Koldo

En este punto concreto del culebrón cualquier persona puede intuir la línea de puntos que va de la Sauna Adán al Peugeot 407 conducido por el imputadísimo Koldo
Pedro Sánchez con Santos Cerdán en una imagen de archivo. | Europa Press

A estas alturas del Sanchismo uno ya no pide que dejen de robar. A mi me basta con que roben bien. Necesitamos un gobierno que delinca con discreción, con inteligencia, con cierto respeto a las formas y a los tiempos. Una corrupción seria y funcional. No puede ser que en un país del primer mundo la encargada de comprar informaciones en el mercado negro para atacar a los jueces que investigan al gobierno sea Leire Dïez, una persona más limitada que el menú del día en una cantina soviética.

A los que nos aproximamos a velocidad de crucero a la cincuentena la escena del Novotel nos despertó memorias que creíamos olvidadas. Ese aroma a estercolero en día de lluvia que emana de la corrupción orgullosa y desacomplejada. Esa sensación de vergüenza ajena irradiando desde el cuello hacia la frente. Esas repentinas ganas de naturalizarse albanés. Ruiz Mateos lanzándole un puñetazo a Miguel Boyer, "que te pego, leche"; Jesús Gil y José María Caneda, Luis Roldán en calzoncillos, Felipe entregándole una rosa a Barrionuevo en la puerta de la cárcel de Guadalajara. Todo aquello.

Lo peor de la corrupción del PSOE no es sólo su implantación en todos y cada uno de los niveles de la administración española. Es que es insoportablemente cutre. Leire Díez no debería tener más aspiración que hacerse fuerte detrás de una ventanilla de cualquier ministerio, pintándose las uñas de colores chillones los días laborables de 8 a 14 horas, diciéndole a cualquier ciudadano que le falta un papel y cogiéndose unas bajaciones tres meses al año. Sin embargo, acabó de directiva de Correos con un sueldo de seis cifras. El tsunami de Japón de 2011 llevó docenas de barcos a campos de cultivo y edificios de oficinas kilómetros tierra adentro: el tsunami de heces de la calle Ferraz llevó a Leire a supervisar el voto por correo, según sus propias palabras. Vaya por delante que a fecha de hoy no creo que el socialismo amañara las elecciones de hace dos veranos, pero de haberlo hecho me resultaría mucho más doloroso que la supervisora del pucherazo fuera alguien tan corto como el cuello de un pingüino.

Tres ministros alemanes dimitieron en 2021 por las sospechas de plagio que planeaban sobre sus tesis doctorales. Pedro Sánchez aún se está riendo de ellos. Pringaos. Aquí no hay sospechas. Aquí todos sabemos lo que hay. Sabemos lo del padre de Begoña Gómez, lo de los locales de alterne en edificios de propiedad pública, lo de las grabaciones y lo de Ferraz. Lo sabemos con la misma certeza con la que sabemos cómo y por qué obtuvo su puesto David "el Batutas" Azagra, el hermano de Sánchez, genio incomprendido de la música, el Mozart de nuestro tiempo. En este punto concreto del culebrón cualquier persona puede intuir la línea de puntos que va de la Sauna Adán al Peugeot 407 conducido por el imputadísimo Koldo, portero de un burdel, con el que Sánchez se recorrió España para recuperar el mando del PSOE. Esa línea salta después al reservado de Barajas donde Ábalos recibió a Delcy, pasando por las empresas públicas donde el ministro enchufaba a sus novias de suscripción. En este PSOE todo tiene que ver con el oficio más viejo del mundo. Todo es sórdido y mugriento. Yo no pido un ministro de transportes que no sea un putero. Ni siquiera pido que no use dinero público para pagar los favores de jovencitas treinta años más jóvenes. Sólo pido que no se regodee, para evitar la frustración al hacer la declaración de la renta. Pero ni siquiera eso nos ha sido concedido.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal