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Javier Somalo

Hay grabaciones de Sánchez

No cabe duda de que una confesión escrita o hablada y grabada lo zanjaría todo, pero seguir pensando que hasta entonces lo único que hizo Sánchez fue "mirar para otro lado" es el peor error que le podemos regalar.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla por teléfono. | Europa Press

Antes de que saltara por los aires la caja fuerte de las cloacas de Santos Cerdán dejando el arrabal sembrado de grabaciones y whatsapps, el mercado de mensajes delatores ya existía. Es cierto que la mercancía, aunque comprometedora, era más barata. Más allá de los catálogos de sobrinas de Ábalos hubo un momento en el que se pararon las rotativas: ¡hay mensajes de Pedro Sánchez! Lo cierto es que llamaba la atención lo bien redactados que estaban en comparación con el tono tabernario de lo hasta entonces conocido. No sería de extrañar que al presidente, que ni escribió su tesis ni su libro, también le apañaran los mensajes de telefonía.

Los publicó El Mundo, y Pilar Alegría los consideró "intrascendentes" y "descontextualizados". Su verdadero valor era que en ellos Pedro Sánchez mantenía la confianza en su querido Ábalos en 2023 pese a que ya lo había cesado en 2021 como ministro. "Siempre he valorado mucho tu criterio político. También tu amistad. Te mando un abrazo". El amigo fiel traicionado por un tipejo que esconde sus secretos en la intimidad de cuerpos ajenos. Pobre presidente.

Otras fuentes gubernamentales destacaron que, en todo caso, Sánchez no había "hecho nada ilícito" y que lo filtrado hasta ese momento "refleja que es educado". Lo más grueso, se burlaban, era que llamaba "pájara" a la ministra Margarita Robles. La portavoz Esther Peña dijo que no había "nada relevante" y quiso borrar cualquier atisbo de tensión con una frase que no tardará en llegarle de vuelta: "Mi grupo de primos es más interesante y animado". ¡Qué culpa tendrán los primos y las sobrinas!

Asoma una primera sospecha: ¿Se filtraron aquellos mensajes con intencionalidad como movimiento preventivo ante el temible informe Cerdán que nadie encontraba? ¿Fue acaso el primer aviso de Ábalos y ahora viene lo bueno?

No es la primera vez que se teme lo que el presidente del Gobierno haya podido decir o escribir en un mensaje. El caso Pegasus abrió la espita de las sospechas pero quedaba, o eso parecía, lejos del alcance del común de los mortales al ser material manejado presuntamente por servicios de información extranjeros, fundamentalmente israelíes, franceses y marroquíes. Pero el gusanillo sobre "qué habrá en ese teléfono" sirvió de pregunta sin repuesta para explicarse asuntos de difícil comprensión como la cesión incondicional, unilateral y casi confidencial del Sáhara a Marruecos. Los terminales de los ministros Marlaska, Robles la "pájara" y Planas también sufrieron el taladro espía del Pegasus o eso dicen.

Parece, pues, que falta por salir, pero existe, la prueba de cargo definitiva contra el presidente cuando, en realidad, Pedro Sánchez ya ha dicho y hecho cosas suficientes como para escandalizar a tres generaciones. Pero el español de a pie siempre ha necesitado meter el dedo en la llaga para creer. No cabe duda de que una confesión escrita o hablada y grabada lo zanjaría todo, pero seguir pensando que hasta entonces lo único que hizo Sánchez fue "mirar para otro lado" es el peor error que le podemos regalar.

Ábalos confirma en la SER que tiene grabados a Sánchez, ministros y directores de medios desde 2021

Todos han mirado siempre hacia donde ha señalado el del Peugeot, desde su esposa y su hermano hasta sus amigos del alma, sus queridas "anécdotas": el "último aizkolari socialista" Koldo, el "amigo navarro" Santos y el confidente Abalos, el trío viagra. Sánchez no es cómplice, es autor intelectual.

"Hay grabaciones de Sánchez", se dice y se repite, esperando la gran confesión involuntaria, la frase imposible de defender. Y según esperamos el trompazo presidencial se nos olvida que ya cercan de nuevo a Barrabés, empresario muy amigo del matrimonio monclovita y que ya vuelven a por Air Europa. Begoña Gómez y el banquillo cada vez están más cerca.

Pero hay más. Ya nadie parece hacer caso a la otra corrupción, la necesaria para cambiar un régimen democrático a golpes violando la Constitución y tapando el acto con la mugrienta toga (confesó su suciedad) de quien debería guardarla, Cándido Conde Pumpido. O la de perseguir a ciudadanos a capricho con la inestimable ayuda de un fiscal general de partido. De todo esto hay declaraciones públicas, audios y vídeos. No hace falta descubrir un pendrive pélvico en un registro a una actriz porno, materialización perfecta de aquello que Villarejo bautizó como "información vaginal" delante de una entusiasta futura fiscal general y ministra y de su hoy marido, el condenado Garzón.

Pedro Sánchez ha dicho que la Fiscalía General depende del Gobierno, que gobernará "sin el concurso del poder legislativo" si es necesario y que "ceder las riendas del país" a la derecha sería "una tremenda irresponsabilidad" que no piensa cometer. Nicolás Maduro habría fingido un poco para no resultar tan directo. Y no son grabaciones ni mensajes intervenidos. Son sus principios.

No hay que esperar mercancía clandestina para echar a este personaje. Es un peligro para la democracia europea y, afortunadamente, ya lo están destacando medios extranjeros en sus portadas. Hay que seguir ese camino de denuncia pública, de apoyo a los jueces y fiscales decentes y de recopilación de cargos.

Emiliano García Page dice que hay discos duros con conversaciones de Sánchez y que "las cosas que más le preocupan no están en los periódicos". Juega Page al "te lo dije" pero nunca se atrevió del todo a derribar a su presidente, ni siquiera ahora. Según el manchego, "no hay salida digna".

Page dice que hay "discos duros" con "conversaciones" con Sánchez

No la hay hace mucho tiempo, desde que juró no pactar con la ETA o con Podemos. Desde que prometió traer al golpista Puigdemont ante la Justicia. Desde que montó un despacho a su esposa en la Moncloa. O desde que nos hizo pagar el rescate de una línea aérea que nadie recomendaba. Pero ahora todos esperan que el presidente salga diciendo que come niños crudos y roba a manos llenas.

Repasemos con calma todo el mal que ya ha hecho, el mal irreversible, antes de esperar que España se pudra por capítulos, como si fuera una serie de televisión. Y si después hay grabaciones groseramente inculpatorias, pues mejor.

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