
Si Íñigo Errejón o José Luis Ábalos militaran en el PP o en Vox, la izquierda mediática y la política dirían que los hombres de derechas tienen un problema con el sexo, el consentimiento y la igualdad, que no respetan a las mujeres y que son fieles herederos y practicantes del heteropatriarcado más rancio y casposo. Más o menos como el Fary cuando alumbró su conocida teoría sobre el hombre blandengue. Pero el supuestamente libidinoso Errejón y el simpar Ábalos son de izquierdas. Ergo feministas, ecuánimes, tolerantes y bondadosos seres de luz que saben interpretar lo que dice Irene Montero cuando dice que sólo "sí" es sí y que el "no" es no y no quizás, quizás, quizás. ¿Ah, que no?
Francisco Salazar es el último miembro del club de los compañeros con el cerebro en el ciruelo. Lo suyo ha sido un episodio que pasará a los anales de la historia de España. Paco para los amigos y para Pedro Sánchez. Salazar, selecto camarada de la banda del Peugeot, pata negra del sanchismo. Le iban a hacer adjunto a la secretaria de Organización del PSOE cuando se hizo público que este hombre de Sánchez tampoco es lo que decía ser.
Un número indeterminado de mujeres en su entorno laboral le acusa de acoso sexual y abuso de poder. Y su entorno laboral es la Moncloa, poca broma. Hombre de la más absoluta confianza de Pedro Sánchez. Como José Luis Ábalos y como Santos Cerdán. ¿O es mentira? Pues bien, otro pedazo de fichaje. "Comentarios obscenos sobre la vestimenta y el cuerpo", "mensajes intempestivos con invitaciones a cenar a solas", "actitudes babosas"... Un festival según lo filtrado en un digital de los suyos. Lo llega a contar cualquier otro medio y los Óscar del PSOE habrían salido a rebuznar "bulo".
El caso es que Salazar, el "ayatolá de Montellano", "el pasmo de Dos Hermanas" y el hombre que menos entiende de hipódromos de España, era con Sánchez mierda y culo hasta que no ha tenido más remedio que quitarse de en medio tras pasar de fontanero áulico a fontanero sobón. Vaya racha lleva nuestro Pedro Sánchez, un lince como cazatalentos.
El episodio ha calcinado a la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que ponderaba las bondades de Salazar antes de ser advertida de que el tipo se había echado a un lado. Tiene toda la pinta de que está nominada en la próxima crisis. Sánchez, por su parte, muestra un desdén absoluto por este nuevo porno capítulo de la legislatura de las saunas, las Jéssica y las colombianas. Un puto jacuzzi, el paraíso de las 'ETS'. ¿Salazar, tú también?
La extrema delgadez del personaje no tiene nada que ver con que le hayan roto el corazón Cerdán y Salazar. Esa cintura de novillero no es fruto de la tensión y los nervios porque cuando un hombre de mediana edad está estresado se hincha y engorda, no se queda como para modelo de Ceesepe o baterista de Gabinete Caligari. A saber qué estará maquinando. De momento llamó a capítulo a las mujeres relevantes de su partido y acudieron todas a una, sin fisuras. Menuda estampa. No se recordaba algo igual desde la corrida de Jesulín de Ubrique en Aranjuez.
Que todas las mujeres del PSOE (ninguna ha protestado hasta el momento) se hayan prestado a una foto con el promotor de Ábalos, el patrocinador de Cerdán y el protector de Salazar sólo se explica por los intereses que hay en juego. Hay que mantener a tanta gente... Cuando le hablan de elecciones a Sánchez le rebota en el suelo la mandíbula. Faltan dos minutos para que diga que no las convoca porque existe el riesgo de que las gane otra vez el PP.
