Cuando estaba a punto de suscribir un manifiesto estético sobre la tauromaquia, me mandó un buen amigo la entrevista de El Mundo con Núñez Feijóo. Interrumpí mi lectura taurina y pasé al periódico. No puedo dejar de reconocer que leí las preguntas y las respuestas de los tres espadas, bajo el influjo del texto taurino, cuyo primer principio es nítido: nadie entre en una plaza de toros sin aceptar que la crítica de lidiar toros, algo que puede realizar cualquier asistente al espectáculo, es una especie de arte de expectativas defraudadas. La mayoría de los aficionados a los toros no se cansan de repetir un tópico delicioso que recoge ese principio a la perfección: "El hombre propone, Dios dispone y el toro descompone". Nada es fijo, salvo algunas reglas para ordenar los vínculos, acoplamientos y relaciones que se producen entre los participantes en el palenque, o sea hay una cierta regulación entre las intenciones más o menos humanas, o sea tan instintivas como racionales, del torero, el destino que le depara la divinidad, o el azar para los no creyentes, y el caos más absoluto que un toro bravo, puro instinto, impone en un ruedo taurino. Por todo eso, seguramente, es tan raro ver satisfechas las expectativas de todos los aficionados, cuando acaba una corrida de toros.
Quizá algo parecido pasa con el análisis político; sí, la crítica de un discurso político, tiene ciertas similitudes y paralelismos con este refinado y culto arte de la tauromaquia. Eso no significa que yo vea la política, el análisis político, a través de la literatura taurina, o cualquier otra película de esas que se montan los periodistas "posmodernos", cuando no quiere abordar un tema por miedo, o por qué no sabe qué decir, en fin, cuando no quieren coger el toro por los cuernos. No; lo mío es muy sencillo. Soy un cronista vulgar del festejo. Levanto acta de la principal expectativa defraudada de Núñez Feijóo: "Aldama y Ábalos son los únicos que pueden echar a Sánchez del poder". Ese juicio es repetido varias veces en la entrevista.
Si eso es todo lo que nos puede ofrecer Núñez Feijóo, en el momento más dramático de la historia de España de los últimos cincuenta años, nadie en su sano juicio podrá decir que la política del PP - su discurso y su acción- , no deje de ser una especie de lamento pseudoliterario, muy lejos del arte de la tauromaquia, sobre las expectativas defraudas de millones de seres humanos que creyeron que la Oposición del PP, sobre todo cuando este partido ganó las elecciones de 2023, servía para algo más que echarse en brazos de dos imputados por la justicia. Si la caída del gobierno más deslegitimado de la Unión Europea depende, según opinión de Núñez Feijóó, de dos posibles delincuentes, entonces apaga y vámonos. Sí, creo que se le ha pasado el arroz al "torero" Núñez Feijóo (perdónenme la metáfora, que eleve a este político hasta donde él no hubiera imaginado, todos los profesionales que se dedican a este noble arte), ha tomado la alternativa demasiado tarde. Hemos tenido que esperar, se dice pronto, más de dos años para que haga Oposición seria, es decir, para que pregonara lo que todo el mundo sabía: "Sánchez depende del negocio de la prostitución".
De esto último, lamentablemente, no se explana mucho en la entrevista, salvo al inicio. Y es que las cinco páginas de El Mundo parecen más unas octavillas para los militantes del PP, un recetario o "argumentario" electoral, que una entrevista periodística sobre las expectativas defraudadas del PP, o sea, sobre cuáles son sus responsabilidades para que tengamos en el poder al gobierno más corrupto de Europa. Sin embargo, hay algo más grave que expectativas defraudadas en esta entrevista.
Contiene todo un blanqueamiento del PSOE ("porque la mayoría de los votantes del PSOE son decentes") y un masaje electoral a los separatistas, sí, se habla de esta gente y de su electorado con tal "arrobo" y "respeto" que provocan vergüenza ajena. Y encima no sabe, o no contesta, si llevarán a Begoña Gómez a declarar en la Comisión del Senado…

