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El paralelismo con la década de los 30

El 'modus operandi' de la izquierda se basa en la manipulación, la colonización de la educación, los medios de comunicación y la sociedad civil.

El 'modus operandi' de la izquierda se basa en la manipulación, la colonización de la educación, los medios de comunicación y la sociedad civil.
Europa Press

Rompí relaciones con mi director de tesis ('Historia de la Prensa de Almería 1923-2000. Periódicos y Periodistas') una noche, hace ya algunos años, cuando en una tertulia radiofónica le esbocé mi teoría, hondamente anclada en el análisis de los hechos, del minucioso paralelismo entre los últimos años y la década de los 30 del pasado siglo en España.

La gestión socialista de ayer y de hoy

Rafael Quirosa-Cheyrouze, que así se llama, era (no sé si sigue siendo) militante socialista y compañero de departamento en la Universidad de Almería de Fernando Martínez, actual secretario de Estado para la Memoria Democrática y exalcalde que dejó las arcas del Ayuntamiento de Almería tan en la ruina que su sucesor tuvo que pedir un préstamo a la ONCE para pagar los gastos corrientes del primer mes, puesto que ni los bancos estaban dispuestos a trabajar con dicha administración. Es 'raro' esto de una administración arruinada tras un gobierno socialista. ¡Qué cosas!

Al buen señor le fui trazando una serie de paralelismos entre ambos períodos, en diversos ámbitos de la gestión política y de la tensión social, desde el ascenso de partidos absolutamente residuales y completamente antisistema, como eran los anarquistas de la Segunda República y Podemos y Sumar, así como las mal llamadas confluencias, en la actualidad, hasta el blanqueamiento de organizaciones terroristas, algo incluso mucho más descarado y sangrante en la actualidad, con ETA y sus representantes políticos, que entonces.

Las medidas de la izquierda

Pero había, hay, mucho más. Por ejemplo, la implantación de políticas comunistas en lo social, lo económico y lo cultura, que antes de la llegada del gobierno del Frente Popular entonces y del ejecutivo social-comunista ahora, parecían absolutamente impensables: las exageradas subidas de impuestos con la excusa de favorecer a la clase obrera, pero cuyas recaudaciones se terminaban dedicando básicamente a la propaganda y al engorde de sistemas de manipulación social; la lucha contra el cristianismo en lo religioso; la colonización de la educación y la universidad para 'lavar cerebros' desde la infancia; la compra y fabricación de medios de comunicación con los que manipular a la población menos instruida (que en la actualidad la sigue habiendo en un porcentaje tan creciente como sorprendente); la persecución de todos los creadores de valor y empleo, sobre todo las empresas tanto grandes como pequeñas, tanto las multinacionales como los autónomos; el debilitamiento institucional del Estado por la vía del fortalecimiento de los partidos y las ideologías independentistas catalana y vasca; el frentismo como arma para ganar votos y la escalada de la tensión hasta convertir las calles en campos de batalla (hoy, las calles y también las redes sociales), echando mano para ellos de conceptos y problemas absolutamente inventados y rotundamente irrelevantes en la realidad social; y así una considerable cantidad de ámbitos en los que lo vivido en los seis años previos a la Guerra Civil tiene un claro reflejo en lo que está ocurriendo en España desde que los ciudadanos tuvimos la pésima idea de permitir que se dieran las condiciones necesarias para el ascenso al poder de ese peligro andante llamado Pedro I El Falso-Pedro Chapote.

A mi director de tesis, los razonamientos le daban igual y puso todo su empeño en amedrentarme en mi exposición histórica y técnica: no podía aguantar la vergüenza de ver comparado lo que sucede ahora con los prolegómenos de la Guerra Civil, no resistía el paralelismo entre el sanchismo y la Segunda República, a pesar de ser un defensor a ultranza de ésta y de poner todo su empeño en las aulas en trasladar esa visión idílica de la misma que siempre construye la izquierda, descaradamente al margen de la realidad.

La izquierda al descubierto

Lo que estaba ocurriendo es que uno de sus alumnos, que ya había descubierto que había sido víctima de una brutal manipulación por parte de su profesor primero y director después, se le rebelaba y utilizaba argumentos e investigaciones de la prensa de la época para expresar una tesis que no le agradaba en absoluto.

Es un ejemplo claro del 'modus operandi' de la izquierda, basado en la manipulación; la colonización de foros como la educación, la universidad, los medios de comunicación y la sociedad civil; la negación de las más rotundas evidencias; y la confrontación y ruptura de relaciones incluso con las personas y organizaciones con las que tiene relaciones más íntimas, si éstas no comulgan amablemente y 'sonrisa en boca' con sus elefantiásicas ruedas de molino.

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