Menú

Los israelíes saben cosas

Es mal negocio enemistarse con Israel desde el punto de vista estratégico, porque los israelíes saben cosas. Muchas. Solo falta que se harten definitivamente de Sánchez y nos permitan conocerlas también a los demás.

Es mal negocio enemistarse con Israel desde el punto de vista estratégico, porque los israelíes saben cosas. Muchas. Solo falta que se harten definitivamente de Sánchez y nos permitan conocerlas también a los demás.
EFE

La presencia amenazante de la flotilla perroflauta cerca de sus costas no parece haber hecho mella en el ánimo del Gobierno israelí, que hace unas horas liquidó de una tacada a la cúpula de Hamás, el grupo terrorista salafista que controla la Franja de Gaza con mano de hierro.

La charoflota estuvo a punto de perder una de sus embarcaciones como consecuencia de una bengala mal lanzada por parte de un tripulante, ejemplo perfecto de lo que no se debe hacer en un barco cuando uno está bajo la influencia de ciertos productos que necesitan precisamente de la combustión para desplegar todos sus efectos. Los afectados afirmaron en primera instancia que habían sido víctimas de un dron israelí, extremo desmentido por las autoridades de Túnez, en cuyas aguas se produjo el incidente, aludiendo a una colilla mal apagada como posible origen del conato de incendio. Por lo demás, a tenor de la forma en que Israel elimina a sus enemigos, parece evidente que no estamos ante un ataque de las Fuerzas Armadas Israelíes. O el Ejército israelí no se ha enterado de que Ada Colau y la loquita escandinava, con su gorrita de rana, pretenden romper el bloqueo de Gaza o lo saben y los mandos judíos están simplemente esperando a que zozobren para salir a rescatarlas junto los revolucionarios por cuenta ajena que las acompañan.

Es mal negocio enemistarse con Israel desde el punto de vista estratégico, porque los israelíes saben cosas. Muchas. Vamos, casi todo, en realidad, porque después de casi ochenta años luchando para no desaparecer, rodeados de naciones enemigas, los servicios de información del Estado hebreo no tienen parangón en el mundo civilizado. A Sánchez no le importa esta circunstancia porque, en todo caso, los perjudicados por su servilismo con los terroristas palestino seremos todos los españoles. Pero hasta un imprudente como él debería guardar ciertas formas en sus bravuconadas antisemitas, no sea que en Jerusalén se harten de sus bravuconadas de adolescente antijudío.

La matraca del genocidio contra la población gazatí tiene cierto sentido si la crítica se dirige hacia los terroristas que masacran a la población civil, condenada a servir de escudo humano de una caterva de psicópatas financiados por Irán. Las operaciones de Israel en la Franja pueden terminar hoy mismo. Hamás solo tiene que soltar a los rehenes y devolver los cuerpos de las niñas asesinadas (después de haber sido violadas salvajemente). Pero a Sánchez y sus socios no les importa el destino de los inocentes secuestrados. En última instancia son judíos y, por tanto, eliminables. El único problema es que los israelíes no opinan igual y no van a parar hasta que no acaben con todos los terroristas implicados en la masacre del 7 de octubre. Como debe de ser, claro.

Sánchez va a entregar a Hamás 150 millones de euros de todos los españoles, un gesto que los terroristas han agradecido públicamente como corresponde a los tratos entre caballeros. Esto solo significa que los criminales comprarán más armas, tratarán de cometer más atentados y la gente de Gaza sufrirá durante más meses el terror interno desplegado por los agentes de Hamás.

Pero los israelíes saben cosas. Solo falta que se harten definitivamente de Sánchez y nos permitan conocerlas también a los demás.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal