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Orriols quiere jubilar a Puigdemont

De algún modo, el catalanismo está volviendo a sus propios orígenes con Orriols.

De algún modo, el catalanismo está volviendo a sus propios orígenes con Orriols.
Sílvia Orriols, líder del partido político Aliança Catalana, durante la manifestación independentista con motivo de la Diada. | EFE

El epicentro de la geografía mitológica del nacionalismo catalán está situado en una pequeña plaza contigua a la iglesia románica que Ildefonso Falcones rebautizó como la Catedral del Mar para dar título a un best seller muy vendido en El Corte Inglés. Y desde que se inventó la nación catalana, acontecimiento germinal ocurrido allá por la década de los años noventa del siglo XIX, es tradición que la pureza del fervor separatista se mida por la capacidad para ocupar el Fossar de les Moreres, que así es conocido tal lugar, durante las vísperas de la romería del 11 de septiembre.

La presencia en el Fossar, un falso osario que albergaría los restos imaginarios de soldados del bando austracista según un célebre cuento chino elaborado por los publicistas del catalanismo decimonónico, constituye una prueba de suprema radicalidad independentista. Y resulta que quien ahora mismo monopoliza ese claustro simbólico del secesionismo más irredento no es otra que Silvia Orriols. Todo el mundo está dando por hecho que Aliança Catalana viene a ser lo mismo que Vox, si bien en el otro lado. Pero todo el mundo anda equivocado en esa lectura. Porque lo que aspira a liderar Orriols no es una simple variante vernácula de la extrema derecha, sino algo más ambicioso: la corriente central y tradicionalmente mayoritaria del nacionalismo, lo que fue CiU y hoy se articula políticamente en torno a Junts per Catalunya.

De algún modo, el catalanismo está volviendo a sus propios orígenes con Orriols. A fin de cuentas, Aliança no deja de constituir un sucedáneo levemente modernizado de aquel viejo Estat Català de Francesc Macià y los hermanos Badia, el partido histórico del nacionalismo ortodoxo y mayoritario; amén, por supuesto, de racista hasta la médula. En Cataluña, las cosas nunca son lo que parecen a primera vista. Porque esto no va de una simple batallita entre Orriols y todos los demás con la inmigración musulmana como excusa. Esto va de refundar íntegramente el nacionalismo de derechas previa jubilación anticipada y forzosa.

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