Menú

Lechugas y chistorras

La distracción de Gaza le ha durado unas horas al presidente. Necesitaría la Tercera Guerra Mundial para tapar su fango. Y no dudes de que lo intentará.

La distracción de Gaza le ha durado unas horas al presidente. Necesitaría la Tercera Guerra Mundial para tapar su fango. Y no dudes de que lo intentará.
Europa Press

Este verano recalé en el Madrid, tribu urbana de Umbral. Al margen de lo excelso de lo literario, lo más gracioso del relato de filias y fobias del autor es que todos aquellos en los que depositó su simpatía y esperanza política terminaron en un infierno de corrupciones, y su desencanto es tibio y asqueado, ni siquiera enérgico. Como la mayoría de los muy partidarios, pretende salvar el socialismo de los socialistas y el resultado es espeluznante, pero cada uno tiene sus vicios. Que siempre que aparece la incompetencia o el trinque sobre este o aquel ministro, Umbral nos sale con que el socialismo no es eso. Tampoco el comunismo es Cuba, ni el comunismo es Irán. Ya me lo sé.

Al menos antes los columnistas y periodistas progres se desencantaban. Sánchez los ha constreñido y untado de tal manera, que nadie se atreve a moverse, porque aquello de la foto. Alguno está haciendo, ya en la tercerísima edad, un papelón lamentable, peor aún, está haciendo el mayor de los ridículos. Defender al Gobierno desde tu columna o tu periódico hoy es asumir –y presumir- que eres tan corrupto o tan inmoral como ellos.

El pozo de cutrerío en que nos ha metido el tándem de la sauna Adán es interminable. Como si no hubiéramos tenido ya suficiente hasta ahora, aparecen hoy las chistorras, los soles y las lechugas. No es la lista de la compra. Es el argot de la banda para referirse a los billetes. La lista de corruptelas es tan extensa como vergonzante. La caravana del hermano hippie escondida en La Moncloa. Las mordidas de los cerdanes y los koldos, y sus señoritas de vida alegre. El recital de nueva rica que enseña con afán de exhibicionismo, Begoña, sacando a pasear el paquete con membrete oficial de su marido para lograr esto y aquello.

El fiscal general desencajado amarrado al cargo cual garrapata, infectando a toda la institución. La asesora para todo. La periodista y fontanera. Y el flujo interminable de chistorras, lechugas y soles cuyo curso intenta seguir con dificultad la UCO. Espero que cuando todo esto acabe, todos estos chorizos paguen la cuenta de las horas en que nuestra policía no se ha podido dedicar a combatir el crimen, el terrorismo, los delitos digitales, o los problemas ciudadanos, por estar ocupados tratando de desentrañar la madeja de la banda de Sánchez.

Aldama, por su parte, se había ganado la fama de ver cumplido todo lo que anunció. Pero lleva una semana lanzando disparos al aire. La insinuación de fraude electoral sin pruebas y sin nada me hizo incluso pensar que había alcanzado un pacto con Sánchez, porque tal bala de goma no habría sido diseñada mejor por los asesores de La Moncloa. De modo que ya nadie se lo ha tomado muy en serio hoy cuando ha salido a amenazar a María Jesús Montero y al Gobierno con desvelar más cosas importantes. Comprendo que cada uno juega su partida, pero eso de amenazar y no dar ya lo inventaron las marujas gritonas de las tertulias del corazón de los 90. Haría bien Montero, no obstante, en estar preocupada hoy. Resulta indignante que Hacienda persiga cada maldito céntimo de la gente de bien, y luego sea incapaz de detectar las lechugas y las chistorras gordas de los trincones de verdad. ¿O debemos pensar que la ministra también se llevó su parte? Todo lo que compone y rodea a este Gobierno es corrupción, así que no sería algo descabellado.

Hasta sabíamos que Pedro Sánchez dio su propio golpe disfrazado de moción de censura en 2018. Creíamos que era un golpe de Estado. Estábamos equivocados: era un atraco. Sánchez pactó vender España a trozos con los trincones habituales, comunistas, nacionalistas y etarras de diferente pelaje, con el único objetivo de llenar la despensa de chistorras y lechugas. Y, a cambio, a nosotros nos han disparado en siete años los precios de la lista de la compra.

La distracción de Gaza le ha durado unas horas al presidente. Ni siquiera ha podido evitar las portadas con el aluvión de avances de las investigaciones. Sánchez necesitaría la Tercera Guerra Mundial para tapar su fango. Y no dudes de que lo intentará.

Confío, en fin, en que al menos esta noche el presidente pueda dormir algo. Se me rompe el corazón cada vez que el corrupto no come, no bebe, no duerme, o no está bien.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal