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Hamás sigue imponiendo el terror en Gaza

Lo que se evidencia por enésima vez es que el gran enemigo de la paz, la libertad y la prosperidad de los palestinos, no es ni ha sido nunca Israel

Una cosa es el acuerdo de paz impulsado por Trump, que ha contado con el apoyo del gobierno de Netanyahu y al que se ha adherido arteramente la organización terrorista Hamás con el único objetivo de que Israel libere a casi un millar de terroristas presos, y otra muy distinta que la paz haya llegado a Gaza y que la organización terrorista, fundacional y públicamente comprometida con el exterminio del pueblo judío -y de todos aquellos palestinos partidarios de la paz con Israel-, haya dejado de imponer su dictadura del terror. Así, sólo unas horas después de la firma en Egipto del acuerdo de paz, y una vez que el Ejército de Israel se ha retirado de la mayor parte de la Franja, la organización terrorista ha movilizado a 7.000 de sus miembros para "limpiar Gaza de forajidos y colaboradores", según palabras del Ministerio del Interior gazatí, en una operación que ha causado enfrentamientos y ejecuciones en lugares públicos, que hacen temer que el conflicto se encamine hacia una guerra civil.

Hamas acusa a estas milicias de haber colaborado con Israel durante su ofensiva en Gaza y, ya en lo que va de semana, al menos 34 combatientes de diferentes milicias y ocho miembros de Hamás han muerto en estos enfrentamientos. El Gobierno gazatí, en manos de los terroristas de Hamás, les ha dado a estos grupos un ultimátum para entregar sus armas a cambio de una amnistía

Algunos de estos grupos han desafiado directamente a Hamás, como es el caso de las Fuerzas de Ataque contra el Terrorismo, una milicia alineada con Israel que lidera Hossam Al Astal y que operan bajo la protección del ejército hebreo en las afueras de la ciudad sureña de Jan Yunis, más allá de la línea amarilla donde las fuerzas israelíes se han retirado. Más al sur, en el paso de Rafah, las fuerzas de Hamas han lanzado ataques contra las llamadas Fuerzas Populares, comandadas por el militante Yasser Abu Shabab.

Si a ello unimos que la contienda de Hamás se extiende también a la Ciudad de Gaza, donde persiguen al clan de los Doghmush, que cuenta entre sus filas con ex combatientes tanto de Hamás como de Fatah, que gobierna en Cisjordania, todo parece indicar que Gaza se dirige, más que a la paz y a la reconstrucción, a una guerra civil.

El tiempo lo dirá pero lo que ha quedado por enésima vez en evidencia, frente a las intoxicaciones de los antisemitas y también frente a los equidistantes entre el gobierno democrático de Netanyahu y la genocida organización terrorista que pretende perpetuarse en el poder, es que el gran enemigo de la paz, de la libertad y de la prosperidad de los palestinos y el gran obstáculo a la creación de un Estado Palestino pacifico y respetuoso con sus vecinos, no es ni ha sido nunca Israel sino el genocida integrismo islámico que pone por encima el exterminio de los judíos al bienestar de la propia población que dice defender. Como dijo la ex primera ministra israelí Golda Meir "la paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros".

Ese día no ha llegado y el alto el fuego está siendo utilizado por Hamás para encarcelar y asesinar a todos esos árabes que osen cuestionar la aseveración del jefe espiritual y fundador del grupo terrorista Ahmed Yasin , según la cual "La paz con Israel va contra la ley islámica"

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