
Es algo que no comprende la oposición española a este carnaval de sinsentidos e incongruencias en que se ha convertido la progresía (llamarla así cuando PNV y Junts militan en su seno frentista-publicitario, da la risa, pero…). Que no paran, que no quieren parar, que sólo pararán cuando un poder bastante les muestre que hasta aquí han llegado y que no se dará un paso más en este reventón de la convivencia que patrocinan.
Vino esto de la progresía a cuenta de la que va a ser la nueva Fiscal (a lo mejor exige que la llamemos Fiscala) General del Estado, Teresa Peramato, que ha presidido y sido portavoz de la Unión Progresista de Fiscales, asociación que, a pesar de ser minoritaria, ocupa una y otra vez la máxima autoridad del Ministerio Fiscal desde que Pedro Sánchez es presidente del gobierno.
Desde María José Segarra (nombrada en 2018), pasando por Dolores Delgado y Álvaro García Ortiz, todos ellos orbitan en torno a la asociación de la progresía de los fiscales. La primera, fue atropellada con un cese por ser excesivamente afín a la independencia de la Fiscalía, sobre todo desde que dijo aquello "Al fiscal general no se le pueden dar órdenes de ningún tipo" y que había que "evitar toda sospecha de parcialidad". Y lo dijo en RTVE.Luego cuando lo del proceso al golpe separatista catalán no anduvo clara a favor del Gobierno, pues cese al canto.
Lo de Dolores Delgado es conocido. Era la novia y luego esposa de Baltasar Garzón, juez condenado por cometer un delito de prevaricación dolosa tras haber autorizado escuchas ilegales de presos con sus abogados en la instrucción del caso Gürtel. 11 años de inhabilitación para el ejercicio de la judicatura por haber usado, según el Tribunal, métodos que se parecían a los de los regímenes totalitarios.
No sólo es que su nombramiento fuera de todo menos imparcial – había sido Ministra de Justicia del gobierno Sánchez antes de ser designada para dirigir el Ministerio Público -, sino que su ejercicio fue discutido por otras asociaciones de fiscales, las mayoritarias, e incluso la suya propia, la progresista. Del favoritismo de sus ascensos profesionales o de sus comentarios con el ahora denostado Comisario Villarejo, ni hablamos.
Incluso logró que su candidato preferido para sucederla, Álvaro García Ortiz, que según la fontanera Leyre Díez sufre el síndrome de Estocolmo hacia ella, a saber por qué clase de secuestro. Cómo ha terminado el borrascoso mandato del dependiente fiscal de Sánchez, lo hemos visto todos. Lo han vestido absurdamente de dimisión sin percatarse de que es que ha sido condenado por el Tribunal Supremo y de que está inhabilitado para el cargo.
Mérito suyo es haber hecho historia siendo el primer Fiscal General condenado y, de paso, haber suscitado entre las otras progresías, las políticas, un sentimiento de rebelión golpista ante el duro resultado de 5 a 2 de los miembros del alto tribunal. La propia Delgado se manifestó con Garzón y algunos más acusando a los 5 magistrados del Supremo y a su fallo condenatorio de golpismo judicial y arbitrariedad.
Pero ¿cómo lo saben si no hay sentencia aún porque sólo se ha anticipado, legalmente, el fallo a las partes? Bueno, anticipar un fallo no es ilegal y se sabe que hay otros casos anteriores, pero hacer eso es cruel, reacusan. Tal vez hubiera sido mejor que el delincuente se hubiera enterado por una filtración, ¿no? Qué chungo es el karma. Pues ya está. Y si no, la culpa la ha tenido Aznar, cómo no.
Faltaba la guinda. Cuando se estaba a la espera de la designación de un nuevo o nueva Fiscal General, va y salta el nombre de Teresa Peramato, destacada miembro de la Unión Progresista de Fiscales. Ni siquiera ya una mera apariencia de neutralidad, como quería su antecesora la ex fiscal general Segarra. ¿No querías un trago? Pues toma dos buches. No es que sea un clon de García Ortiz, aunque hay quien lo piensa, pero sigue la tradición sanchista de imponer la progresía a toda la carrera fiscal.
Aún más, es que es una de las fiscales especializadas en Violencia de Género que apoyó la Ley del Si es Sí de Irene Montero, esa ley que ha tenido graves consecuencias para miles de mujeres. No sólo la apoyó sino que glosó sus contenidos en un diálogo con Elvira Lindo en un podcast de la Unión Progresista de Fiscales, el patrocinador. Montero incluso la reconoció públicamente en un acto ministerial y lo cuenta en su libro Algo habremos hecho.
Claro que entonces no se habían valorado sus consecuencias. La aplicación de la Ley del 'solo sí es sí' , desde su entrada en vigor en octubre de 2022, ha tenido como efecto anunciado de su aplicación 1.233 reducciones de pena y 126 excarcelaciones a delincuentes sexuales. Son cifras del Consejo General de Poder Judicial en 2023 y desde entonces no se aportan cifras concretas, para estupor general. ¿Cuantos irán ya?
Tiene que estar contenta Irene Montero y todo Podemos, los grandes beneficiados de esta operación – Alfonso Guerra no se va a reír porque no ha sido nombrado Baltasar Garzón -, que la agencia Europa Press ha calificado de este modo textual: "Peramato es fiscal de carrera con 35 años de ejercicio y tiene el "reconocimiento unánime" de los operadores jurídicos."[i] ¿Unánime? ¿Qué operadores jurídicos?
Verán. De los 2.700 fiscales que hay en España, sólo unos 1.000 están asociados. La mayoría, poco más de 600, pertenecen a la Asociación de Fiscales; unos 250 constituyen la Unión Progresista y 50 más o menos, la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales. Tanto la primera como la última, muy mayoritarias sobre el total, ya han exigido de la sucesora del fiscal condenado que recupere la independencia y defienda la imparcialidad, algo que, parece, fueron los motivos del cese de María José Segarra. O sea.
Habrá que descartar por razones lógicas que Pedro Sánchez la vaya a eximir de su dependencia y ya está, con la que le está cayendo sobre su familia, su partido y su gobierno. Ah, y está lo de Pujol y otras cosas pendientes. O sea. ¿Otra vez?. El espectáculo debe continuar.
[i] Nadie sabe cómo lo han contabilizado porque "operadores jurídicos" son todos los que intervienen en el ejercicio y aplicación del Derecho, o sea, desde Jueces y magistrados a fiscales, pasando por abogados, notarios registradores de la propiedad y mercantiles, funcionarios judiciales, catedráticos y profesores e incluso Cuerpos de Seguridad de Estado. ¿Unánime?
